Esposa por alquiler//BUENOVELA

Capítulo 9

Roxy quien miró todo el drama desde su lugar de trabajo, masticó pensativamente sus palomitas luego de que su jefe y su nueva esposa se retiraron al despacho.

—¿Por qué Harper se veía tan sorprendida por el hecho de conocer a su esposo?

Rumió la respuesta mientras observaba el constante ir y venir de las personas dentro del vestíbulo.

—Pero los gritos de Harper se oían realmente histéricos, como si tuviera un miedo enorme a que los guardias hicieran algo a su hija—entrecerró los ojos mirando una mancha en la alfombra—. ¿Por qué? ¿Tendrá algo que ver sus muecas de dolor? ¿Su cara medio hinchada?

Roxy sonrió. Es hora de investigar. Y generalmente siempre se quejaba por hacer trabajo de campo de su jefe, pero, el chisme es chisme y chisme sagrado se respeta.

Se tronó los huesos del cuello y de las manos mientras encendía un apartado especial de la computadora.

—Bien, Harper Meyers, veamos qué puedo averiguar sobre ti.

(...)

—¿Entonces es por esto?

El CEO estaba semi sentado en una de las esquinas de su lujoso escritorio mientras Harper se negaba a sentarse en la acolchada silla. Tuvo que reprimir una sonrisa.

Era igual de recelosa y testaruda que su gata Zafira.

—¿Qué es, por esto?

Harper no se iba a sentar, no podía, físicamente hablando. Toda la situación le ponía los nervios de punta y estar parada era lo único que la mantenía quieta y cuerda. Está más que segura de que si se sienta, su pierna derecha comenzará a moverse como si tuviera un ataque de ansiedad.

Lo cual, dado el caso y los problemas surgiendo, no sería tan raro.

Pero no se puede permitir ser débil o mostrarse vulnerable frente a su abejita. Harper tiene que ser el pilar, la fuerza y el ejemplo para su pequeño sol de primavera.

—¿Es por esto que estabas tan desesperada buscando al CEO?

Parecía que la vergüenza no iba a escapar del cuerpo de Harper tan fácilmente como ella creía. Aún así, se negó a sentirse amedrentada por aquel hombre.

—No es así. Buscaba al CEO porque le quería suplicar que me de el trabajo de auxiliar.

—¿Por qué suplicarías?

Harper entendió perfectamente la pregunta de Black, sin embargo decidió hacerse la tonta.

—Por que la recepcionista me dijo que no encontraban mi nombre en la lista de personas contratadas o de personal de limpieza.

—Generalmente hay alguien que se encarga de confirmar el puesto mediante una llamada telefónica…—Brake subió una ceja cuando vio a la mujer voltear los ojos.

Tenía un extraño presentimiento sobre ella. Parecía una flor muy delicada y hasta a veces, algo lastimada, sin embargo, en algunos momentos como el de ahora, Black podía vislumbrar el fogonazo de personalidad y actitud de fiera que tenía en el interior.

Pasaba de tener la delicadeza de una flor, a tener la delicadeza de una bomba atómica.

—¡Y alguien me llamó!—gesticuló con las manos—. ¡Me dijo que tenía el puesto asegurado y que tenía que venir hoy para ajustar algunos detalles…!

—Algunos detalles sobre el contrato como alquiler de esposa—terminó el hombre por ella.

—Dios mío, es la segunda vez que estoy sintiendo este tipo de frustración en mis veintidós años.

Brake casi gimió. ¿Harper, su esposa alquilada tenía veintidós años? ¡Él la supera por ocho malditos años! ¡Es demasiado mayor para alguien tan pequeña como ella!

—¿No tiene solución? ¿Algo así como absolución o divorcio?

Brake negó—. Los comerciales y todas esas noticias sobre Pure Wealth Corporation son verdad. El gobierno incluso puede sentenciar pena de muerte si no se cumple el contrato al pie de la letra, es por eso que siempre estamos recalcando que no es un simple juego ni para saciar el morbo de la curiosidad. Es un compromiso y una responsabilidad enorme, repoblar y formar una familia.

Jesús, estaba jodida, jodida y muerta, si es que Mark se llega a enterar. Se estremece de solo pensarlo. ¿Quién va a cuidar de su hija?

—¿Tan mala es la idea de estar casada conmigo?

Harper quiso maldecir, pero se contuvo porque Hannah estaba a tan solo unos metros riendo y jugando con Edu. Después de que los guardias le hubieran traído la pastilla que se disuelve en agua con sabor a fresa para aliviar los síntomas del dolor de estómago, ella dijo que se sentía mucho mejor y que quería jugar con su compañero de clases.

La castaña no tuvo corazón para decirle que no y de todos modos tenía que hablar con Black.

Seguramente él habría malinterpretado su ceño y rostro descompuesto al pensar en Mark.

—No es eso, es solo que esto cambia muchas cosas y estoy en muchos problemas…

—¿Qué? ¿Por qué…?—el descubrimiento pareció iluminar los rasgos del hombre por un momento, que pronto ensombreció su mirada—. Estás casada ¿Verdad?

—¿Qué?

—Ya tienes un esposo, se casaron de forma ilegal y por eso no aparece su certificado de matrimonio en el sistema. Oh, esto es muy malo…

—Escúchame por un segundo, Brake. No estoy casada.

Y gracias al cielo que no le hizo caso a las indirectas que Mark pareció darle los primeros meses de vivir juntos sobre una boda. Ella no se sentía preparada para un matrimonio, aún cuando ya tenía a Hannah en sus brazos.

Es la única correcta decisión que tomó, aparte de quedarse con Hannah.

—¿Me investigaste?—arrugó el ceño—. Bueno, no importa—desestimó ese hecho. Cualquiera investigaría a quien sea con quien compartiría un techo, incluso ella—. Lo que trato de decirte es que tengo novio, y no le gustará nada que me haya casado y…

Brake asintió —. Y lo amas.

Harper se estremeció y contestó tan humillantemente rápido que incluso el hombre levantó las cejas.

—Definitivamente no.

—Oh, vale, esa fue una respuesta rápida.

—No lo entiendes, mi vida no está tan organizada en este momento…

El hombre siguió la línea de observación de la mujer, que nunca dejaba de mirar a su hija.

—¿Es tu hija?

Harper sintió que debía decirle la verdad, no sabe la razón exactamente, es solo que el hombre parecía tan seguro y amable, que le nació del corazón, decirle la verdad.

Una verdad que incluso el mismísimo abogado Mark Hisuth, siendo su novio por más de dos largos años, no sabía.

Se acercó lo más que pudo a Brake, sin invadir su espacio personal y susurró.

—Es mi hermana menor.