LAS BALAS DEL AMOR

35: DECISIÓN

AMIRA

Llevamos más de 15 bolsas de ropa de Liam, bueno también de Leah, quien cada día crece más y necesita ropa nueva. Como medias las cuales ya le llegan a la mitad.

- Necesito otro cuna -digo viendo como se llevan la que recién adquirimos.

- Ya habíamos comprado una -dice Kian- Necesitas otra?

- Una se quedará en tu casa y la otra en mi casa.

- Te irás? -la chica que nos atendía nos da espacio.

- Kian, nosotros ya no tenemos nada, lo único que nos une son los pequeños, podrás visitarnos..

- No te dejare ir, así te tenga que atar a la cama.

Me excite.

Basta! Concéntrate! El es el enemigo.

- Papi! -viene Leah con más ropa- este es para mi hermanito!

Trae conjuntos y veo sus tallas.

- Amor... esto es para Niño de tres años -digo observando las tallas

- ouh... -baja la cabeza

- todos los que tengan esta talla -le enseño- Puedes traer, escoge unas media para ti.

- Sipi mami -sale corriendo

Cuando volteo, Kian habla con el guardaespaldas que asiente yéndose, dejándole las llaves del auto.

- Ellos se irán en ese vehículo, nosotros iremos en el otro -dice

- Escuchaste lo que dije? Que no viviremos juntos.

- Si te hace feliz, que te diga que si. Perfecto.

Trato de mantener la fiesta en paz, mientras Leah escoge los modelos, ella sabe los números por ende se hace más fácil, es la hermana más feliz de todos, cuando estamos en la caja, pagamos y subimos las bolsas al auto.

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- Hola nana! -saludamos

- Hola mis amores -dice- la ropa que compraron ya está en el cuarto del bebé.

- Gracias, me ayudarías con Leah?
Bañándola en un rato subiré.

- Claro -dice y se van.

- Amira a mi despacho -dice Kian

¿Y este?

Cuando llego me siento. Sin importar que no me haya dicho.

- ¿seguro que quieres irte? -pregunta- Es la última vez que te lo preguntaré y ya no volveré a molestarte.

- ¿a que viene todo esto?

- Cometí un error, aunque no lo creas solo fueron besos, mamá me hizo reflexionar fui un idiota, las perdí por semanas incluso si no llame a Leah, fue para darte tu tiempo, trate de buscarte por mi cuenta, pero no es fácil y lo entiendo, dar segundas oportunidades no es así de rápido volver a confiar. Por eso te estoy preguntando. Claro tendrás la seguridad que corresponde, te compraré una vivienda para que estes a gusto.

- Yo... si quiero irme -digo

Mientes, sabes que lo haces

- está bien -dice- Al nacimiento de nuestro segundo hijo, a las semanas podrás irte cómo gustas.

- Gracias -digo con un nudo en la garganta

Dile que no!

- Estás son las opciones de las mansiones, no te fijes en el precio -dice dándome unos folletos- Sabía cual sería tu respuesta, así que me anticipé. Quédate aquí nomás eligiendo, yo me marcharé. Buenas tardes.

Sale de la oficina dejándome sola con 10 folletos de mansión.

Te haces daño tu misma.

Cállate.

- si esto era lo que quería, ¿porque no estoy feliz?

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Aquí estuvo Ale