¿Qué entendemos cuando escuchamos la palabra MAFIA?
¿Un mundo de flores...? No, es un mundo de muerte, donde hasta el más pequeño gana teniendo una pistola en mano.
Amira es una joven que encuentra un trabajo de niñera, pero lo que ella no sabe es...
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Visto a Leah, quien no ha hablado desde que su papá llegó.
- Te pondré está diadema -digo
- Papi, se enoja mucho... -dice mirándome por el espejo mientras desenredo su cabello
- papi no le gusta que te ensucies.
- A mi papi no le gusta nada -dice y se voltea para abrazarme.
Se escucha unos pasos y prosiguen a cerrar la puerta de al frente, Leah pide comer las galletas y bajamos.
- Están deliciosas, hay que darle a todos -dice y asiento
Tomamos las bandejas y nos colocamos un abrigo, para repartir dos galletas a cada guardia.
Para ser de la Mafia, es muy cursi esto. Pero no le puedo negar nada a Leah.
- Ten, las hicimos nosotras -dice a cada guardia.
Los guardias que están en las alturas bajan a coger las galletas, no se niegan, o bien quien se negaría a la princesa? Más tarde, entramos y la empleada prepara la cena, el papá de la Niña no baja, dicen que está en una llamada importante.
A la mañana siguiente, me dicen que Leah saldrá con Kian, y la preparo.
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- Chao! -se despide Leah.
Kian musita un simple adiós y cierran las puertas, corro a la habitación de Leah y dejo todo ordenado, para irme a bañar y salir, ya que tengo el día libre y será nuestro último día aquí.
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