WALPURGA ✔

〖16〗El Asesino

—Me cambiare.

—Entonces, saldré.

—¡Me puedo cambiar en el baño! —solté en un chillido— Solo necesitare ayuda con... —me vuelvo para darle la espalda— Los botones. Apenas puedo usar mis dedos con este vendaje.

—¿Eh? Por supuesto, los botones —lo escucho acercarse mientras sus zapatos suenan en el piso de madera con cada paso que da— ¿Es por eso por lo que le pediste a el lobo que se quedara?

¿Nos estuvo escuchando?

—No te preocupes, no fue mi intención escuchar. De hecho, estaba a punto de llamar a la puerta antes de que la señora Rhosyn viniera.

Su justificación me deja descolocada al percibir nervios en su voz. Pero...

¿esta celoso?

Toma mi cabello y lo aparta a un lado, exponiendo la parte de atrás de mi cuello.

—No es lo que crees. Solo tenía miedo de quedarme sola —conteste a su anterior pregunta.

—Yo puedo hacerte compañía —sus dedos juegan con los botones en la parte de atrás de mi vestido, dándome espacio debajo. A través de los espacios entre mi piel y la tela, su tacto manda escalofríos por mi cuello.

Sus dedos son suaves

—No debería ir más lejos.

¿Eh?

El retrocede mientras yo me deslizo de la cama y corro hacia el camisón que cuelga en el closet mientras sostengo mi vestido. Lo saco del gancho, me dirijo al baño, que se encuentra ya limpio, y escondo mi rostro.

Ahora, cómoda con mi camisón, me arrastro hacia las sabanas y me termino la bandeja preparada por Rhosyn junto al té. Como de costumbre la habitación está en silencio, pero hay una tensión para nada desconocida.

—Duerme, te hare guardia hasta que despiertes.

—¿Estás seguro?

—No es la primera vez y tampoco me cuesta hacerlo

Tímidamente hago espacio en la cama y me muevo al otro lado, dándome la vuelta.

—Siento que estoy siendo irracional con mis pensamientos, pero no puedo detener este sentimiento de quererte a mi lado en este momento —confesé— Apenas te conozco, y en nuestra situación, posiblemente eres un enemigo, sin embargo, hay un calor que traes que me calma. Y siento que entiendes lo que estoy diciendo más que nadie aquí.

Alistair no dice nada, pero puedo sentir su peso hundiendo el colchón hasta que está a mi lado. Cierro los ojos y me llevo las manos al pecho, aun de espaldas a él.

—Estoy molesta, creo. Porque quiero que el momento este de primera en mis pensamientos, pero no puedo dejar pasar el incidente del baño.

—¿Puedo acercarme más? —su aliento me hace cosquillas en la nuca.

Su acción me hace girar la cabeza por instinto, y me encuentro con su rostro a unos centímetros. De repente, su mano toca una de mis mejillas mientras me mira fijamente, y cuando creo que me va a besar, deposita suavemente un beso en mi frente. Un gesto tan tierno que mi piel guarda la calidez de su contacto, y en ese momento, un suspiro silencioso se escapa de mis labios, dejando una sensación agridulce en el aire.

...

Esa noche, me quedo dormida sin miedo en mi corazón.

—¡Apuesto a que no puedes atraparme! —mi voz suena más joven