La habitación se siente como un campo de batalla, y yo, en el centro, estoy atrapada en la vorágine de emociones y peligro inminente.
—¿C-cómo? —tartamudeé.
Él exhaló con exasperación, sus fosas nasales se dilataron.
—¿Eso es? ¿No estas feliz de verme? Todo lo que puedes preguntar es "¿cómo?" —el aire pesado se llena de tensión mientras las palabras de Jecht resuenan en el espacio entre nosotros— Esperaba una reacción diferente, pero todavía te aferras a ese desperdicio de ser humano
No tengo tiempo para cuestionar la situación. Un cuchillo apunta en mi dirección, y mis instintos se activan. Agarro la delgada pieza de metal que tengo escondida en mi falda.
—Ahora entiendo cómo son las cosas —Sus ojos recorrieron el inútil abrecartas en mi temblorosa mano y se burló—. ¿De verdad crees que esa cosa inútil te defenderá de un cuchillo? —sonríe con malicia y, por un momento, admira su reflejo en la hoja afilada.
—Fuiste tú... —logre articular temblorosamente
—¿Acaso importa? —grita enojado—. Tomaste tu decisión, que no fue diferente a las demás.
Empezó a avanzar hacia mí, blandiendo el cuchillo. Estoy a punto de moverme y justo cuando pensé que iba a apuñalarme, el peso de Félix se levanta de repente y u borrón pasa junto a mí con una velocidad sobrenatural.
Félix se coloca frente a Jecht, conectado a él a través del cuchillo que vuelve a perforar su estómago, seguido por un quejido ahogado.
Estoy abrumada, pensando que estoy viendo un fantasma, específicamente el fantasma de un hombre lobo. Un par de orejas puntiagudas sobresalieron de su cabeza y unos cuantos colmillos de su boca.
—Eso duele —gruñó Félix, con los colmillos al descubierto aún con el cuchillo enterrado en su estómago— ¿Podrías contenerte un poco con el apuñalamiento? —de repente, garras mortales surgieron de la punta de sus dedos y se hundieron profundamente en los hombros de Jecht. Éste comenzó a chillar de agonía, intentando zafarse del agarre de Félix.
Mi mente luchaba por procesar la escena ante mí. Solo puedo mirar mis manos y mi vestido manchado de sangre entre el dónde yacía su cuerpo anteriormente y luego de nuevo a él.
—Un lobo... —exhalo— ¿Todo este tiempo? —una oleada de alivio me invadió, seguida rápidamente por una nueva ola de miedo.
Sólo podía mirar horrorizada mis manos manchadas con la sangre del charco donde yacía el cuerpo de Félix. Lo había visto morir ante mis propios ojos. Y, sin embargo, aquí estaba, transformado en una bestia sobrenatural.
Pequeñas gotas de sudor perlaban su frente por el esfuerzo de mantener a Jecht inmovilizado. Las garras rasgaban y tiraban, abriendo heridas sangrantes. Yo no podía apartar los ojos de la macabra escena. Mis manos y mi vestido estaban salpicados con la sangre de Félix, cuya herida aún manaba líquido carmesí. En ese momento, el mayordomo irrumpió jadeando en la habitación.
—¡Detente! —Lachlan se agarra al marco de la puerta y recupera el aliento. Por detrás aparecen Rhosyn y Alistair, este último corre hacia mí, agarrando mi rostro entre sus manos, buscando heridas. No sé si es por la abrumación u otra cosa, pero no pude leer su expresión.
De repente, Félix empujó a Jecht con fuerza bruta, hundiendo aún más el cuchillo dentro de su propio cuerpo, pero sin inmutarse. Sólo apretó con más fuerza sus garras, arrancando nuevos alaridos de su víctima y solo puedo refugiar mi mirada de miedo en el pecho de Alistair.
—No vas a ir a ninguna parte —oigo a Félix decir en medio de una risa— Estas atrapado conmigo
—¡Félix detente! —exige nuevamente Lachlan
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WALPURGA ✔
Mystery / ThrillerWalpurga, el nombre que solo trae desgracia para cualquiera que lo escuche. Los lugareños advierten que nunca se debe acercar al bosque, ya que el simple acto de hacerlo te llevará a la mansión oculta en sus profundidades, y de allí, nadie sale vivo...