WALPURGA ✔

〖2〗Juego Mortal

—Hey, tú. —una voz acusadora con un tono juguetón redirige mi atención, Felix.

—¿Yo? —coloco la mano sobre mi pecho.

Ah. Así que no soy invisible.

—¿He oído que tu nombre es Melione?

—Has oído correctamente.

—¡¿Melione?! Que anticlimático. —me sonríe, pero hay cierta malicia.

—Es despreciable hablarle con esos modales a una muj...

—Ruidosos. Son todos muy ruidosos. Si estáis tan preocupados, simplemente marchaos.

Todo el mundo hace una pausa al oír una voz profunda que interrumpe a Ragnar, proviene de un hombre tumbado en el sofá, con el brazo sobre la cara.

—Si te levantases del sofá, sabrías que estamos encerrados aquí. —explico Rhosyn

—No tengo intención de hacer eso.

—¿Encerrados? —se estremeció Ragnar luego de visualizar las palabras de Rhosyn.

—¡¿Aquí dentro?! —flaqueo el hombre orondo

—¿Ves esa puerta? —Rhosyn señala a una pared de la habitación— parece ser una secreta. Mientras vosotros estabais gritando, estuve inspeccionando los alrededores y la descubrí.

—Es un muro. —suspiro Ragnar.

—Tu falta de perspicacia solo significa que hicieron un buen trabajo al diseñarla.

—Eres bastante honesta, ¿no es así?

—Deja a la señorita en paz. —ordeno el detective frunciendo el ceño

—Tengo nombre. —Samael parece desconcertado por esto haciendo que Felix y Ragnar ahoguen una risa—. Hablando de nombres, ¿podrías presentarte? —Rhosyn llama al hombre, con fuerza, pero sin entusiasmo, como para burlarse de su anterior intervención.

—¿Por qué lo haría?

Felix, de repente, se inclina sobre el hombre, considerablemente cerca, desde atrás del sofá—. Ya veo, aquí tenemos un nihilista —desliza los dedos en el bolsillo de la chaqueta de su traje sobre el pecho y saca un sobre de aspecto familiar— Alistair, es su nombre.

—Que pesados.

Esto es un desastre.

Respiro hondo y aprieto los puños.

¿Podemos callarnos todos un momento y hablar sobre lo que está pasando? —respiro con dificultad debido a la abrumadora ansiedad— Parece que ninguno de nosotros tiene idea de la situación en la que nos hemos visto envueltos al despertar. Y por eso creo que lo mejor sería que nosotros... —Mis palabras se quedan atrapadas en la garganta cuando unas apariciones tenebrosas se dirigen hacia nosotros.

—¡¿Fa-fa-fantasmas?! ¡¿Acaban de salir de la pared?! —Joseph intenta huir hacia algún lado.

—¿Es que nadie escucha? —alego Rhosyn entrecerrando sus ojos

—Bienvenidos, honorables invitados. Mi nombre es Annelise. Es una lástima conocerles. Este es mi compañero, Lachlan. —El resto de la habitación se queda en silencio— Vuestra tarea aquí es organizar una fiesta salvaje de frenética masacre. Uno, y solo uno de los aquí reunidos, recibirá la bendición de la señora de la casa: la Bruja Sangrienta Walpurga. Ahora, id y matad todo lo que queráis.

Un vaso que alguien estaba sujetando se rompe.

—Ese nombre... —Joseph está horrorizado y repugnado al mismo tiempo, sus ojos parecen estar saliéndose de sus cuencas— ¡Ese nombre es una maldición para cualquiera que lo escuche!