Bajo el manto plateado de la luna, la habitación se sumerge en una suave penumbra. El girar del pomo de la puerta interrumpe el silencio nocturno, y ante mis ojos, bañado en la tenue luz, aparece Lachlan.
—¡LACHLAN! —mi voz resuena, una mezcla de sorpresa y alivio.
Lachlan me observa con una expresión de preocupación.
—Estás despierta —susurra, su voz suave como el susurro del viento entre los árboles.
—Lo siento... —musito, apenas audible, sintiendo el peso del cansancio arrastrándome de vuelta a la oscuridad del sueño.
Pero esta vez, no hay interrupciones. La calma reina en la habitación, y me deslizo hacia el abrazo del sueño sin resistencia alguna.
Pese a que la conciencia se desvanece, una sombra de pensamiento persiste en mi mente: no es justo que su presencia me reconforte de esta manera. Sé que ella soy yo, una manifestación de mi propia mente, pero su compañía parece más real que cualquier otra cosa en este extraño mundo de sueños y recuerdos fragmentados.
La última vez que la bruja se manifestó fue durante mi lucha por recuperar mis recuerdos perdidos. Cada día se volvía una batalla entre la realidad y la ilusión, y a medida que pasaban las horas, los sueños se volvían más escasos, como si la propia oscuridad se apoderara de mí.
Atrapada entre la realidad y la ensoñación, me sumerjo una vez más en un sueño profundo, dejando que la luna y las sombras me envuelvan en su abrazo tranquilo.
...
La habitación estaba sumida en un silencio inquietante cuando finalmente emergí del abismo de la inconsciencia. Lachlan me sacó de las profundidades del sueño, como si estuviera despertando a alguien de un letargo eterno. El mundo a mi alrededor parecía borroso, distante, y apenas podía mantener mis párpados abiertos. Mi percepción del tiempo era un mero espectro difuso; había perdido toda noción de cuánto había estado sumida en la oscuridad, y mi cuerpo me recordaba con cada latido de mi corazón lo débil que estaba.
Lachlan me miró con una mezcla de preocupación y alivio, instándome a que fuera al comedor para que comiera algo.
¿Cómo se supone que debo enfrentarme a todos cuando mis manos están cubiertas de sangre y yo soy la razón por la que están aquí?
—¡Dios mío, estas despierta! — exclamó, lanzándose hacia mí con la intención de abrazarme, pero me mantuve impasible, anclada en un mar de pensamientos turbulentos. Su gesto se desvaneció rápidamente cuando retrocedió, forzando una sonrisa tensa— ¡Ah! Lo siento —ella retrocede y fuerza una sonrisa— Mejor comamos. Debes estar de hambrienta.
—Seño... — antes de que Lachlan pudiera decir algo más, Alistair intervino, pronunciando mi nombre con una solemnidad que resonaba en el aire
—Melione. Ese es su nombre — declaró, desencadenando una serie de miradas y gestos entre los presentes.
Mis ojos buscaron respuestas en los rostros de aquellos que me rodeaban, anhelando la verdad que tanto tiempo había estado oculta para mí.
—Ahora que conozco mi pecado, ¿Cuál es la verdad de este juego? — pregunté, mis palabras cortando el aire con una determinación nacida de la desesperación— ¿Cuál es la maldición a la os que sometí a todos por error?
Un intercambio de miradas entre Felix y Lachlan precedió a una respuesta cargada de peso y revelaciones.
—No lo hare. No puedo... — balbuceó Felix, su sonrisa forzada apenas ocultando la angustia que se reflejaba en sus ojos, mientras asentía hacia Lachlan en un gesto silencioso de complicidad.
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WALPURGA ✔
Mystery / ThrillerWalpurga, el nombre que solo trae desgracia para cualquiera que lo escuche. Los lugareños advierten que nunca se debe acercar al bosque, ya que el simple acto de hacerlo te llevará a la mansión oculta en sus profundidades, y de allí, nadie sale vivo...