¿Cómo he conseguido dormir estos días?
Ni idea, porque se ha tirado tocando desde el día que me enteré que tocaba la guitarra hasta las cuatro de la mañana.
Literalmente.
¿Acaso este chico es un vampiro o algo? Por el día apenas da señales de vida, pero por la noche se dedica a tocar las narices.
Han pasado unos cuantos días desde el día en el que Conciencia sacó su lado hormonal al ver tocar al hongo amargado The Hills, y estoy terminando de prepararme para ver a Lúa después de esas casi tres semanas sin verla, al menos, no en persona. Me queda solo maquillarme, ya estoy peinada. No me complico mucho; me limito a planchar mi pelo medianamente largo, me visto con algo más de decencia, sin parecer que voy a un funeral pero tampoco con ropa apretujada. Sin parecer Eminem pero tampoco un embutido. Un punto intermedio. Llevo unos pantalones anchos ─ eso siempre ─ color gris, una camiseta negra, medio ceñida y mis Vans de lona, que están en buen estado, no como las de bota que uso casi siempre, que están hechas polvo por culpa del skateboarding. En mi defensa diré que odio maquillarme, apenas tengo un corrector, unos polvos matificantes robados de vete tú a saber dónde, una base, un gloss y un rímel de hace dos años, pero estas tres semanas creo que ya voy por el segundo bote de corrector que compro gracias a Kayden, que me tiene sin dormir hasta las cuatro de la mañana por la guitarra de las narices y me levanto con tales ojeras que parezco Emily, de La novia cadáver.
Me echo el corrector para no asustar a la gente que me pueda ver en el día a día ─ yo, la más sociable ─ y me aplico un poco de rímel a prueba de agua, pues lloro por todo y no voy a malgastar mi maquillaje, porque me ha costado dinero, cosa que podría haber invertido en libros de fantasía y romance, pero no lo he hecho porque me he contenido. Me doy un repaso rápido en el espejo y trago saliva para quebrar el nudo en mi garganta que se está formando al no gustarme lo que veo en el reflejo; un muchacha de ojos color gris verdoso, pelo medio largo y castaño, piel pálida, altura medio normal, pocas curvas y sin muchos atributos, ni por delante ni por detrás. Me fijo en mi muñeca izquierda, donde tengo tatuada la constelación de Orión. Es un tatuaje discreto, la mayoría ni siquiera sabe que lo tengo. Podría decir que es un significado especial, para representar la oscuridad de mi ser, tal como lo haría el malote atractivo de una película, pero la verdad surgió cuando acompañé a Dianna a hacerse un tatuaje al estudio de su amiga ─ ojo, ella era profesional, eh ─, se lo hizo y nos dijo que por un par de euros más, me podía hacer yo uno y como yo estaba en mi época «rebelde», pues me hice el de la constelación de Orión, en la muñeca, pequeño y discreto. Mis padres jamás se enteraron, no miento cuando digo que es un tatuaje pequeño. También miro mi cuello, donde, tras mi oreja, hay una marca de nacimiento que se forma por lunares unidos con finas líneas en mi piel, que, sorprendentemente, forman la constelación de Lyra.
Nací con ella; consta de lunares pequeños, como si fueran estrellas y líneas rectas ─ marcas naturales de la piel, posiblemente ─ que los unen, formando esta constelación. Siempre me gustó mi marca, desde pequeña lo hacía, porque eso implicaba constelaciones, y las constelaciones implican estrellas, y estrellas implican astronomía, y todo eso me encanta. Aunque siempre lo cubría con mi fino pelo oscuro porque a mis padres no les gustaba, decían que me hacía lucir horrible, más de lo que era. Dianna, por el contrario, siempre lo elogiaba, lo rozaba a veces con sus manos delicadamente cuando me comenzaba a sentir insegura por él, decía que todos tenemos una marca, algo que nos hace especiales, y que esa era la mía. Cuando murió, me prometí a mí misma que amaría esa marca por siempre. Y, aunque han habido días en los que he deseado con todas mis fuerzas que desaparezca, he logrado por fin amarlo. También observo mis uñas mordisqueadas, y mis ojos tristes, y mis tobillos llenos de pequeñas heridas, moretones y marcas por culpa del skateboard...
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Cuando las estrellas dejen de brillar (destacada de ROMANCE JUVENIL 2023) [#1]
RomanceUna chica perdida, rota y vacía. Una chica que ve a la música, a la pintura y a la astronomía como un hogar seguro. Una chica que no consigue salir del pozo oscuro que ha creado su propia mente. Akira. Cuando conoce a Lúa, Akira y ella inmediatament...