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—Así que, básicamente, Ryle y tú tuvisteis un rollo, te puso los cuernos con Jeanette, su compañera, y tú para vengarte empezaste a tontear con ella, una cosa ha llevado a la otra y ahora es tu novia —concluye Kayden.

—Exacto —asiente su hermana.

—¿Y tardas casi tres horas para contarlo?

—Bueno, tenía que dar todo detalle.

—Quiero matar a Ryle. Menudo idiota. Aunque Jeanette es la persona más dulce y bonita de la que he oído hablar. Dile que la quiero mucho. ¡Dios, te compra siempre flores! ¡Yo también quiero! —me quejo.

─Es muy dulce. ¿Y qué hay de vosotros dos? No creáis que estoy ciega ─Lúa pregunta mientras se coloca un mechón de pelo detrás de la oreja.

Me rasco la nuca, nerviosa. Mierda, no sé qué responderle.

─Lúa, ¿sabes que han abierto un centro comercial por aquí cerca? Podemos ir a verlo ─interviene Kayden─. Hay una tienda enorme de velas y plantas.

─¡Me calzo y nos vamos! ─se levanta de la silla de un salto y sale disparada de la habitación, dejándome a solas con Kayden.

Le miro, y me encuentro con sus ojos de golpe.

─¿Qué hay de nosotros dos? ─pregunta.

Lúa duerme. Yo he salido con Kayden al bosque. Estamos tumbados en una toalla y con un auricular puesto cada uno, escuchando música.

─¿Qué estás mirando ahora?

─La luna. Buscando formas en sus cráteres. Como hacía de pequeño ─no despega sus ojos de ella─. ¿Sabes? Pienso que deberíamos hacer como ella. Tenemos que pasar por momentos de vacío para sentirnos llenos de nuevo.

Asiento con la cabeza.

─¿Te acuerdas que te he dicho que me recuerdas a la luna? ─asiento con la cabeza─. Pues también lo haces porque la otra mitad de la luna, se ve. Es un semicírculo negro, casi invisible. No todos lo pueden ver. Solo si te fijas bien lo ves. Yo lo veo. Veo todo eso que le ocultas al mundo. Y me parece igual de bonito que la parte visible.

Sonrío y acaricio sus dedos con los míos.

─Parece que la luna está sonriendo ─digo.

─Creo que sé por qué.

─¿Por qué?

─He estado todas las noches hablándole de ti. Por eso ha sonreído.

Ahora soy yo la que sonríe.

─¿Cuál es tu fase favorita de la luna? ─pregunto.

─Cuando está llena. ¿Sabes? Siempre he querido volar en avión de noche. ¿Te imaginas pasar frente a la luna? Tiene que verse preciosa...

─¡Yo también quiero hacerlo! ─exclamo, emocionada.

Gira su cabeza para mirarme. Tiene una sonrisa plasmada.

─Eres mi mejor amiga, ¿lo sabías?

─¿Sabías que tú eres mi mejor amigo? ─respondo, pensando si los amigos sienten esto. Si los amigos sienten cosquillas en la piel cuando están cerca. Si los corazones suspiran de alivio cuando están cerca.

─¡Eh, mira! Una estrella fugaz ─dice, señalando al cielo.

─No la he visto... ─mascullo, frunciendo el ceño─. Aunque alguna más caerá, ¿verdad?

─Sí. Lo hará.

Permanecemos un rato más en silencio. Hoy dormiré en mi casa. Lúa se va en dos días, así que tendré que pasar dos noches en mi cama.

Cuando las estrellas dejen de brillar (destacada de ROMANCE JUVENIL 2023) [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora