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Este capítulo me ha dejado el corazón muy blandito :,) <3

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Han pasado casi dos semanas desde que empecé a vivir en casa de Kayden. La verdad, me siento algo mal por lo que he estado pensando de él desde que lo conocí. Ahora que vivo con él, está siendo muy amable y comprensible conmigo.

Me deja salir al balcón de su cuarto para ver las estrellas. Los primeros días no las vio, porque yo estaba ahí, pero después he empezado a irme antes de tiempo del balcón para que él también las pueda ver.

Como si me hubiera leído el pensamiento, mi alarma que me indica que tengo que irme ya y dejarle a Kayden su rato de ver las estrellas suena. Me separo de la valla que recubre el balcón con un largo suspiro y me vuelvo para salir y bajar las escaleras para avisarle.

─ Kayden ─ le llamo y se vuelve. Está en el salón, sentado en el sofá, con su guitarra encima, haciendo no sé qué con las cuerdas. Lleva unos pantalones negros flojos y no tiene puesta la camiseta. Su casa es muy cálida, aunque afuera esté haciendo algo de frío estos días, por lo que no le culpo ─. Te toca.

Deja la guitarra a un lado, se levanta y yo aparto la mirada porque mis ojos son excesivamente curiosos.

─ Gracias.

Suspiro con algo de tristeza, porque yo quiero seguir viendo las estrellas.

─ Oye, ¿te importa que me vaya a ver las estrellas fuera de casa? ─ pregunto, antes de que desaparezca por la puerta. Se frena antes de cruzarla y se vuelve.

─ Hace frío y más ahora que es de noche, pero, no, no me importa.

Le sonrío y tomo unas llaves de repuesto que hay en el mueble negro de la entrada. Llevo mis pantalones anchos y largos grises con millones de bolsillos de confianza y un top blanco, por lo que subo al cuarto de Lúa y tomo mi sudadera que hay tirada en la cama. Me la pongo y bajo de nuevo.

─ Adiós.

Me mira de nuevo y se despide con un movimiento de mano y una sonrisa, posiblemente fingida.

En cuanto salgo, una brisa fresca me golpea el rostro y me doy cuenta de que he hecho bien en salir a la calle porque así puedo estar un rato a solas.

Trago saliva y, sin poder evitarlo, miro hacia arriba, donde se encuentra él apoyado en el metal de las barras que envuelven el balcón. Él está mirando hacia abajo, aguardando mi salida.

Le sonrío amablemente, porque él lo ha estado siendo conmigo estos días. Se ve que Lúa le ha estado advirtiendo de muchas cosas mientras le enseñaba a cocinar. Él me devuelve la sonrisa y centra la mirada en el cielo una vez que yo bajo la cabeza y empiezo a caminar.

Ahora, pensando en Lúa, voy a tener que estar un mes como mínimo sin verla. El otro día me llamó, y estuvimos hablando por horas y horas. Me dijo en broma que sería gracioso que, cuando ella volviera, ese odio que hay entre nosotros se esfume y sea amor.

Ni de broma.

No voy a enamorarme del idiota de Kayden.

Me enamoraré de él cuando...

Cuando...

Cuando las estrellas dejen de brillar. Sí.

¡Me enamoraré de él cuando las estrellas dejen de brillar!

Las estrellas jamás dejarán de brillar.

Y yo jamás me enamoraré de él.

Suspiro y me siento en el tronco de un árbol que se ha partido. Miro las estrellas. Qué bonitas son. Cada una brilla, peleándose por cuál cuenta su historia primero. Eso me gusta mucho de las estrellas. Pero lo que más me gusta es ver cómo su brillo se refleja en los ojos.

Cuando las estrellas dejen de brillar (destacada de ROMANCE JUVENIL 2023) [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora