Capítulo 3

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Capítulo editado: 12/04/2024

La mayor parte del tiempo no podía evitar sentirme desencajada del mundo real, había algo en mi que no sabía cómo seguirle el ritmo a la gente que me rodeaba, cada cosa que hacía era como si estuviera interpretando un papel. Como si fuera una impostora o algo.

Así era difícil no sentirse desesperanzada por la vida.

Estaba abrumada todo el tiempo, mamá y papá me drenaron emocionalmente la mayor parte del tiempo que ni siquiera tenía ganas de vincularme con gente externa. Suficiente tenía con mis hermanos, al menos a ellos no les debía explicaciones de porque había días en los que desaparecía, o apenas hablaba.

Ellos simplemente lo entendían.

Es por eso mismo que pensar en mi futuro y la universidad me generaban emociones encontradas; la vida lejos de Colorada me parecía altamente ambiciosa y el vivir una vida lejos de mis padres era aún más prometedor, pero no podía imaginar más cosas lejos de eso. No creía posible vivir una vida lejos del caos, de alguna manera tenía la sensación de que de alguna manera el caos siempre encontraría un lugar en mi vida.

Siempre y cuando existiera la posibilidad de irme, ya que quizás mi vida era estar atada en este lugar. De momento no tenía idea de que era lo que quería hacer con mi vida, no tenía muchas expectativas ni tenía demasiados intereses que podrían darme un indicio de donde estaba mi destino.

No podía evitar sentir remordimiento por mi propia apatía, por no poner demasiado esfuerzo en destacar en algo por muy insignificante que fuese. Temía que no valiera la pena, sobre todo cuando Mackenzie iba a llevarme la delantera. La odiaba tanto a veces.

—No entiendo que podría estar haciendo Mackenzie para no contestar el teléfono.—expresó Max estresado desde el asiento trasero del auto.—Mamá va a matarnos, y yo tenía planes para el fin de semana.

—Creí que mamá no te había levantado el castigo.—fruncí el ceño extrañada, mientras intentaba por milésima vez que Mackenzie contestara mi llamada.

—No lo hizo, pero planeaba convencerla que al menos me dejara ir a la casa de Lucas.

"El número que ha marcado no está disponible en este momento. Por favor, inténtelo de nuevo más tarde."

Mordí el interior de mí mejilla conteniendo la molestia que me cargaba, definitivamente en cuanto vea a mi hermana iba a golpearla. Odiaba tener que pagar por la mierda ajena.

Si nuestros padres fuesen al menos un poco más equitativos, esto no sería un problema. Pero lo era, y mucho.

No entendía de dónde venía tanto misterio de parte de Mackenzie, ¿pero cuánta más atención quería?

Ni siquiera sus compañeros del club de debate la habían visto, por lo que ya teníamos asegurado que no se había presentado a clases.

—No, más bien la va a matar a ella. —corrigió Mason.

—Si, y nosotros moriremos con ella. —dramatizó Max.

—Lo siento, pero esta vez no pienso cubrirla. —dije colocándome los auriculares, el trayecto de regreso a casa siempre se me hacía tedioso.—Además bastará con que Kenzie le dé una excusa barata como para que mamá olvide lo sucedido. Supongo que esa es la ventaja de ser la favorita de la familia. —murmuré esto último casi que para mi misma, pero supe que Mason lo escuchó cuando me hizo un gesto de resignación. No estaba segura si debería alegrarme en realidad, pero al menos no era la única que estaba consciente de lo favorable que eran la mayoría de las cosas para Mackenzie.

—Al menos espero que se encuentre bien.—habló Max centrando la vista en la ventanilla.

—Seguro que sí, es más, quizás está con algún profesor para asegurarse otro sobresaliente. —trate de restarle importancia. Y Mason río por lo bajo casi que sin gracia, aunque lo cierto es que ninguno de nosotros sabía en qué estaba metida Mackenzie en estos momentos.

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