Capítulo 12

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No he hablado con Mason desde hace apenas un par de días.

Las cosas han estado bastante tensas en ámbitos generales, ni siquiera Max quería hablar, pero eso ya es otra historia.

Debo reconocer que no estoy para nada orgullosa de haber golpeado mi hermano, estaba muy aturdida por la imagen de Theo en el bosque, y Mason pagó por ello.

Quiero decir, nunca había visto nada igual. A alguien tan fuera de si mismo, disfrutando del dolor ajeno como Theo Hawthorne. De solo pensar en ello, inconscientemente llevó mi mano a mi costilla, me estremezco de solo pensar en el dolor que habrá sentido ese pobre tipo y por consecuencia, fue inevitable revivir en mi memoria cuando mamá impactó la botella de vino en mi costilla. Fue doloroso, apenas podía respirar. No puedo siquiera imaginar lo que es que te fracturen una.

Por consiguiente, una pregunta peor se instaló en mi cabeza, ¿cuánto habrá ella disfrutado de mi dolor?

Mis ojos comenzaron a picarme, por lo qué me levanté de un tirón del sillón que compartía con Mackenzie y fui a servirme un vaso con agua.

No estaba dispuesta a llorar.

Cuando me reincorporé en el sillón, Mackenzie ya había dejado el libro que estaba leyendo a un lado, observándome curiosa.

—Sabes, me siento orgullosa de tí.—me dijo con una pequeña sonrisa. Su tono melancólico fue lo que me tomó desprevenida.

—¿A qué viene eso?

—No lo sé. Solo quería decírtelo.

No sé que cara habré puesto en ese momento exacto, pero Mackenzie volvió a hablar:

—Lo digo enserio, Rory.—río con gracia al ver qué la confusión aún se mantenía en mi rostro.—Haz cambiado mucho desde que llegamos aquí, para bien. Max me contó que ahora tienes un grupo de amigos. Ya ni siquiera eres tan condescendiente para responder.

—Umh...gracias, supongo.

Me hubiera gustado aclarar que los amigos de Jayden no eran necesariamente los mios, pues aún era vista como una especie de intrusa. Pero no valía la pena aclarar nada a este punto de conversación tan repentina.

—Aunque tú orgullo se mantiene intacto.

Ah...eso era.

—No voy a disculparme con Mason.— repliqué.—Quiero decir, iba a hacerlo, hasta que noté que estaba borracho. Literalmente nos dejó a mi y a Max tirados en la escuela para emborracharse, ¿que hay con eso?.

Mackenzie se quedó pensando unos segundos.

—Eso no justifica el golpe.

—¡Ya lo sé!—dejé mí vaso en la mesa ante la frustración.—No era mi intención, solo estaba molesta porque creí que si el hubiera...—me callé de golpe, y Mackenzie me miró con una ceja levantada debido a mi cambio tan brusco.

Caí en cuenta en que nunca antes había mencionado lo que tanto Max y yo vimos a Theo hacer. Ninguno mencionó nada. Pero debo admitir que me sorprendió de igual forma que Max no le haya dicho nada a Mackenzie, siendo que desde que llegamos aquí, parecen ser mucho más cercanos que antes.

No existía una razón en particular respecto a nuestro silencio, casi parecía alguna especie de pacto silencioso. Pero supongo que solo nos basamos en la lógica, quizás lo más conveniente era pretender no haber visto nada y seguir con nuestras vidas.

Estaba casi segura en que Theo no nos había visto y apenas habíamos llegado a Hellsfield, Mackenzie hubiera querido reportar lo que hemos visto a la policía y eso solo traería más problemas.

HellsfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora