Capítulo 11

11 3 0
                                    

La señora Spring era demasiado adorable a los ojos de Rory, de mejillas regordetas y ojos achinados al sonreír.

Rory no pudo evitar preguntarse a si misma si su abuela se vería así. Nunca antes le había importado mucho no tener abuelos, o ningún familiar cercano más allá de sus padres y sus propios hermanos.

—Lamento que hayan tenido que presenciar lo de anoche.—les dijo la señora Spring, apenada, ni bien llegaron a la casa.—No es así como nos gusta darles la bienvenida a los recién llegados en Hellsfield. Les aseguro que este tipo de situaciones no son comunes.

Las hermanas Ainsworth asintieron sin decir nada al respecto de anoche. No sabían que responder con exactitud.

—Gracias por recibirnos señora Spring.—habló Mackenzie por el contrario, al adentrarse en el comedor de la casa.

Rory quedó sorprendida ante lo distinta que que se veía la casa desde adentro a comparación de afuera; todo se veía perfectamente acomodado, espaciado, pulcro y sin una decoración excesiva.

Cuando la señora Spring se fue en busca de su jarra de té, Rory se percató que no había ni un solo cuadro de fotos. Nada. Algo curioso para tratarse de una señora mayor como ella. No pudo evitar preguntarse si la señora Spring no tenía familiares, justo como ella.

Rory sintió pena por la mujer, pues parecía ser alguien dulce. Pero quizás solo estaba asumiendo algo erróneo.

Por otro lado, Mackenzie se encontraba concentrada en su taza de porcelana vacía. Aunque Rory dudaba que esta estuviera apreciando realmente el diseño de la taza, pero se abstuvo de decir algo al respecto, solo esperaba que cuando hablarán con la señora Spring pudiera volver en sí.

—Espero que les guste el té de rosas, es uno de mis favoritos.—la señora Spring les sirvió a las hermanas el té con entusiasmo, de tal manera que a Rory se le escapó una pequeña sonrisa enternecida por la actitud de la mujer. Parecía una niña.

—Nunca probé el té de rosas, pero parece prometedor.—se sincerizó Rory al observar su taza de té llena.

Antes de darle un primer sorbo, optó por agregarle a su taza tres tarroncitos de azúcar. Lo cierto es que a Rory no le gustaba el té, prefería algo más fuerte como el café, pero de rehusaba a despreciarle el té a la mujer. Sin mucha expectativa, le dio un sorbo a su té y para su sorpresa, le encantó. Mackenzie la imitó, pero esta última no parecía tan entusiasmada como ella.

—Es delicioso.—dijo antes de darle otro sorbo.

La señora Spring sonrió con suficiencia.

—Me alegra oír eso. Aquí en Hellsfield todos acostumbramos a tomar té.

—¿Enserio?

—Hellsfield fue fundada por una colonia inglesa, de ahí nació la costumbre de tomar té.—le explicó la señora.

—Oh, interesante.

—Ahora bien, ¿qué es lo que las trajo a Hellsfield niñas? ¿tienen familia aquí?.—preguntó con calma.

Rory le dió una mirada a su hermana, esperando a que esta hablara. No quería cometer un error que quizás podría delatarlas.

Mackenzie le contó su historia a la señora sin ningún titubeó, sonando lo más creíble posible, utilizando una historia similar de la que Rory le contó a Jayden.

Madre muerta, padre abandónico. Cuatro adolescentes queriendo vivir por su cuenta para empezar de cero. Una historia triste, mezclando la verdad con la mentira.
Aunque claro que Mackenzie omitió su embarazo y que aún era menor de edad.

HellsfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora