Marzo:
La frescura del agua tenue acariciaba mi blanquecina piel, purificando esta y haciéndome sentir en vigor. Al terminar mi ducha seque mi cabello y lo peine hacia atrás, pensando en la libertad que tendría el día de hoy, debido a que mi tío se había marchado muy temprano a visitar a otro de mis tíos en Busan.
Me vestí luego y caminé escaleras abajo junto a una manta, con la intención de ver alguna película o serie mientras desayunaba cereal.
Tomé el bowl con leche y cereales y me dirigí hacia el sofá de la sala. Ya en el mismo, pasaba los canales de la televisión en el intento de encontrar algo que llamara mi atención, y me detuve al encontrar la película de "Thor" siendo transmitida.
A mitad de mi desayuno escuche el sonido de un motor y me alarme al oír como este no era distante, ni parecía tener intenciones de perderse en la calle. Pensé entonces que era mi tío quien hubo llegado. Preferí no prestar atención y continuar viendo mi película. Hasta que la puerta del recibidor fue abierta provocando un gran estruendo.
— Jimin! ¡nos vamos! — era mi padre, quien se veía inquieto y gritaba sin parar que debíamos irnos. Salte en mi lugar y el bolw en mis manos casi fue arrojado al suelo. — ¡vámonos! ¡recoge tus cosas!
— ¿Que? — lo contemple sin entender su acción, intentando deducir que le ocurría — ¿qué sucede?
— ¡Recoge tus cosas ahora! — volvió a imponer. Noté como sus ojos no mostraban tristeza, sino odio. Odio profundo y cruel.
— ¿Que sucedió? ¿es mamá? ¿ella está bien? ¿es Jiyu? — demasiadas preguntas para unos cuantos segundos, demasiado estrés para un día que se suponía sería tranquilo.
— ¿Dónde están tus cosas? — pregunto observando las escaleras y sin pensarlo mucho subió por ellas. Corrí detrás de él dejando el bowl en la mesa.
— No entiendo nada, dime que sucede ¿a dónde debemos irnos? — de un portazo abrió la puerta de mi recamara comenzando a buscar algo.
— ¡A Busan! ¿dónde está tu maleta? — pregunto ignorando mi enorme confusión. Sentí un vacío en mi pecho creí comprender a que se refería.
— ¿Porque?
— ¡Ya no puedes estar aquí Jimin! — escupió las palabras en mi rostro y cogiendo la maleta vacía, empezó a introducir en ella mi ropa.
— No, no me iré, por favor dime que sucede — implore por su respuesta, pero el hombre solamente me ignoraba y seguía en lo suyo — no — detuve su mano para que no continuara con lo que hacía, pero él se zafo de mi agarre con brusquedad. Entonces perdí la cordura — ¡dime que sucede! — grite colocándome frente a él.
— ¡Que no puedes seguir aquí! ¡¿acaso no lo entiendes?! — grito a mi par y cerro la maleta — ¡vámonos! — con una mano tomo la maleta y con la otra tomo mi brazo y me halo tras de él.
Intentaba zafarme, pero su agarre en mi muñeca era fuerte y cada que lo intentaba, me sostenía con más vigor, haciéndome doler.— ¡Me haces daño! — vocifere cuando me arrastraba por las escaleras — ¡no voy a irme de aquí! — Solo podía pensar en que él no podría volver a hacerme lo mismo de nuevo. No tenía ningún derecho. — ¡yo no soy tu maldito juguete!
— ¡Cállate! ¡ya cállate y sube al auto! — no supe en que momento habíamos llegado, pero nos encontramos afuera. Dejo la maleta a un lado y abrió la puerta de atrás — entra al auto Jimin.
— ¡No! ¡déjame en paz! — sentí a mi rostro arder. Luchaba con mi padre mientras el dragón escondido en mi interior, pretendía despertar para acabar con todo a su paso — ¡ya suéltame!
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El Árbol de Cerezo Kookmin - Jikook
Romantik¿Qué estarías dispuesto a perder por la persona que amas? O ¿Qué estarías dispuesto a perder para cambiar los ideales de una sociedad retrograda y abusiva? Eso es lo que se planteo Jimin el día que decidió hacerle frente al mundo e ir en contra de l...