Capitulo 42:Verdades.

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— ¿Quién es Jung? — escuche una voz muy fina y femenina casi audible, pero no tome en cuenta aquello que hubo dicho así que decidí preguntar.

— ¿Que? — bostece la pregunta.

— ¿Qué quien es Jung?, dice: yo también te quiero mucho bebé, que tengas buenas noches — mi corazón y mente estallaron al comprender que era la voz de mi hermana y además que yo sabía muy bien a que se refería.
Corrí hasta ella espantado y bruscamente despoje el teléfono de sus manos.

— ¡Nada! ¡nadie! ¡no es nadie! — me exprese casi en gritos y con mis manos temblorosas inspeccione que mi teléfono estuviera bloqueado, el cual por suerte lo estaba y gracias a ello Jiyu no había visto de más.

— Pero si es alguien, te dice que te quiere Jimin — ella insistía con el tema bajo su inocencia y su dulce voz, pero yo no podía revelarle todo a una niña.

— Debe haberse equivocado de número — vacile hasta mi ventana y observe al sol luchando por salir entre las nubes grises.

— No lo creo, lo tienes agendado — esta niña era mucho más lista de lo que creí. Debía pensar en otra cosa.

— Eh... Yo...

— ¿Jung? Mmm... Jung ¡ah ya se! ¡es Jungkook! — dijo aquello como si hubiese ganado un premio por su adivinanza autoimpuesta, pero yo solo estaba en pánico.

— Jiyu... — me senté a su lado derrotado y me dispuse hacer algo que creí que nunca haría — sí, es Jungkook, pero por favor no mal interpretes las cosas. Así nos llevamos. Somos buenos amigos — trate de usar una voz amable con la que pudiera sentir confianza, quería que entendiera todo justo como yo se lo hacía saber.

— Oh entiendo, mi amiga a veces me dice cariño — afirmo ella convencida.

— ¿Lo ves? Ahora es así entre amigos, pero por favor no le digas nada a nuestros padres.

— ¿Porque no? — pregunto confundida.

— Porque nuestros padres y muchos otros más, no toleran ver que las personas de un mismo género sean amistosas o cariñosas entre ellos — sus pequeños ojos me observaban con atención intentando comprender lo que decía.

— ¿Y no es malo?

— Por supuesto que no lo es — negué con mi cabeza — pero ¿crees que podrías guardar el secreto? Así nuestros padres no se enojarán.

— Si — sonrió y vi los dos dientes delanteros que le faltaban — lo juro con el dedito — entrelazamos nuestros dedos e hicimos la promesa.

— Con el dedito yo también lo juro — sonreí al saber que al menos mi hermana era más comprensible que todos en mi familia.


Final de enero.

Mis notas no eran las mejores ni tampoco las peores, pero eran suficiente para pasar al último año de secundaria. Como yo había entrado casi a mitad de año en mi anterior grado, debía tener entonces mejores notas este año y rendir dos cursos adicionales. Si quería entrar a una universidad debía poner todo el empeño en ser uno de los mejores, aunque mi opción ahora era entrar a la academia militar de Corea instalada aquí en Seúl. Para ello debía hacer el examen de admisión junto a buenas notas y referencias. Poseía buenas referencias gracias a mis profesores del anterior instituto, esto haría las cosas un poco más fáciles a la hora de postular para la academia.

En cuanto a Namjoon, Jin y Mia ellos habían logrado graduarse, ahora solo nos quedaba asistir a su acto de grado que se efectuaría en el próximo mes. Jin había optado por presentar de admisión en dos universidades distintas. Namjoon también lo haría, pero en su caso le sería más fácil ingresar debido al impotente apellido que adornaba a su nombre, ser el hijo de un canciller le otorgaba muchos beneficios a la hora de querer ingresar a una universidad, esto y por supuesto también un buen fajo de billetes para convencer a la institución.

El Árbol de Cerezo Kookmin - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora