El Árbol de Cerezo Kookmin - Jikook

Capítulo 27: Recuerdos.

⚠️⚠️ADVERTENCIA:⚠️⚠️

El siguiente contenido a leer relata temas delicados tales como: la religión, el abuso infantil y la pederastia en circulos sociales imponentes. Si eres una persona sensible con estos temas pasa al capitulo siguiente. Con esto no se pretende ofender a ninguna religión o creencia, solo se le hace mención al ser una parte importante de la historia que se narra.

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Las suaves sabanas acariciaban mi trasnochado y adormecido cuerpo aun por lo residuos de licor en mi sistema. Sentía como el mundo a mi alrededor parecía dar vueltas. Mis ojos dolían y hacía hasta lo imposible en el intento de abrirlos. La comida en mi estomago estaba ansiosa por ser regurgitada, pero no se lo permití. Me senté en mi sitio apoyado por las palmas de mis manos sobre la cama, e hice que mi estomago me obedeciera. Con pesadez abrí mis ojos pestañando varias veces para lograr una buena imagen para mi vista, y me encontré en mi habitación. Gire hacia todos lados intentando encontrar una explicación, pero mis dudas no fueron contestadas, estaba desorientado. El ultimo recuerdo que tenía en mi memoria, era de Jungkook y yo en aquella discoteca. No tenía recuerdos de hacer salido del establecimiento y mucho menos de haber llegado a mi casa. Las imágenes de la noche anterior llegaron a mí en cortas escenas. En conjunto con frases que podía escuchar como si ahora mismo las estuvieran diciendo en mi oído.

"Sabes tan bien"escuché como en un susurro y me estremecí.

Tome mi teléfono (el cual gracias a todos los cielos se hallaba en mi mesa de noche) e investigue en la galería en busca de respuestas. Solo había una foto nueva. Era una selca, en ella me encontraba junto a Jungkook en aquel baño tan aseado. Él era quien sostenía el teléfono y yo estaba justo en sus espaldas expresando una sonrisa tan encantadora que ni tenía idea que podía hacer. Sonreí como idiota viendo la fotografía, pues el aura que trasmitía era sumamente positiva. Nuestros rostros expresaban felicidad pura, era como si estuviésemos de camino al Valhala. Siempre que Jungkook sonreía me hacía sentir tan bien. Y cada vez que sonreía gracias a mí me sentía como alguien importante, alguien tal vez no tan inútil.

Miré la hora en el teléfono y al ver que marcaban las 10:30 am abrí mis ojos de par en par, levantándome entonces de la cama de un salto. Al momento me arrepentí de haber hecho eso, pues mi mente y vista se nublaron sintiéndome mareado y a punto de descomponerme. Tome mi cabeza y me senté en la cama esperando que el mareo pudiera pasar. Al sentirme mejor me dispuse a colocarme de pie, pero esta vez con mucha más tranquilidad.

Baje las escaleras y contemple a mi tío observando las noticias mientras tomaba una taza de café.

— ¡Hasta que al fin despiertas! ¿Qué tal la noche? ¿Conociste a alguna chica? — rio.

"Necesito probarte Jimin" la voz de Jungkook se hizo presente en mi memoria.

— Algo así — mentí, pero no del todo. Me adentré a la cocina y me serví un poco de zumo de naranja en un vaso.

— Solo espero y deseo que hayas usado condón — dijo firme tomando un sorbo de su café — créeme no quieres sorpresitas en los exámenes de sangre, y mucho menos sorpresitas que se encuban por nueve meses.

— Ay no tío ahora no quiero hablar de eso — respondí con el claro signo de cansancio en mi voz. Si mi tío supiera que lo que hice ayer estaba lejos de la heterosexualidad, se tiraría de los pelos, o para ser más franco, me tiraría a mí de los pelos.

— Tenemos que Jimin. Ahora sales a fiestas y bebes alcohol, sino te cuidas te vas a ver perjudicado y además yo no quiero problemas con tus padres — sentencio. Yo me encamine hacia el microondas para intentar calentar la cena de anoche.