Capítulo 1: El principio.

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"Y así como te vi hoy, lo recordare para el resto de mi vida, porque una belleza como la tuya solo es digna de admirar por aquellos que si saben ver. En mis más recónditos océanos eres la luz que ilumina mi sendero; he estado mucho tiempo sin ti y aunque me duele el alma, gracias a eso aprendí a valorar que un amor como el tuyo no se encuentra en cualquier lugar. Estoy feliz con el amor que siento, y espero que tú también lo estés"

Hace 7 años.

— Y la mama leona sostuvo a su pequeño entre sus dientes, para llevarlo junto a la manada, sus hermanos y padre estuvieron felices de verlo de nuevo, al fin el pequeño leoncito estaba de nuevo junto a su familia. Y de esta manera aprendieron la valiosa lección de que la familia es mucho más importante que un sapo de colores. Fin.

Mi madre tomo el pequeño libro y lo dejo sobre la mesita de noche, y antes de darme las buenas noches planto sus labios en mi frente dándome un fraternal beso para demostrarme lo mucho que me quería, pero al apagar la luz una duda surgió en mí.

— Mamá ¿porque las historias se cuentan así? — mi madre encendió la luz de noche y me observo extrañada.

— ¿Así como Jimin? — pregunto ella.

— Desde el inicio hacia el final. ¿Porque no se cuentan al revés? — pregunte a mi madre quien al parecer no entendía mi pregunta.

— ¿Y porque deberían contarse de esa manera? — mi madre no me entendía, pero sé que le intrigaba mi forma de pensar.

— Porque de esa manera los lectores no se pondrían tristes por las cosas que les suceden a los personajes, porque ya sabrían que todo va a terminar bien— mi hermosa madre sonrió y con un movimiento lento acaricio mi mejilla.

— Todo necesita tener un trasfondo amor, un porque o un cuando, ¿sino como sabríamos porque el leoncito abandono a su familia en primer lugar? — yo estaba convencido de que de haber sabido que el sapo de colores era mágico y traía fortuna y dicha, no me hubiera molestado con el leoncito por abandonarlos.

— Pero él lo hizo para ayudar a su familia, y yo me enfadé con él porque pensé que era un egoísta — estaba enfrascado en mi punto y nadie me iba a sacar de ahí.

— Jimin cariño... es tarde, si quieres mañana discutimos esto mejor — dijo mi madre mientras se tocaba el vientre expresando en su rostro dolor — tu hermana no para de patearme... creo que ya también quiere dormir.

— Esta bien... te amo mamá —exprese rendido.

— Y yo a ti cariño — seguido de esto apago mi luz de noche mientras se levantaba de la cama e iba hasta la puerta de mi habitación, dejando a esta plegada, ya que bien sabía que yo no podía dormir con la puerta cerrada, y esta era mi vida en este momento, yo con 10 años con muchas preguntas en mi cerebro y a punto de tener una hermana.

Estaba muy emocionado, ya no sería hijo único, y a pesar de que todos me decían que pasaría a segundo plano, yo tenía por seguro que mis padres me seguirían amando pase lo que pase. 

 

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El Árbol de Cerezo Kookmin - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora