13|Ley de Murphy.

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Diana.

La ley de Murphy es un enunciado que se basa en tratar de explicar los hechos que acontecen. El concepto principal de esta ley es que si algo tiene que salir mal va a salir mal sin importar lo que hagamos para evitarlo.
Y yo culpo a la maldita ley de Murphy por el día de mierda que estoy teniendo.
No encontré la blusa que quería ponerme en la mañana, pero iba tardísimo para llegar a la universidad, así que tomé lo primero que vi y esta vez no es como en los libros que la protagonista dice «Me puse lo primero que vi» y termina usando un vestido espectacular. No, no. Yo parezco vagabundo, que no me estoy quejando pero, la verdad sí me estoy quejando.

Luego, en clase de biología molecular, Eve y yo estábamos hablando de la clase y justo cuando me estaba contando que se la pasó increíble en un bar llamado "Terraza", el profesor nos escuchó. Dijo que si no nos importaba la clase bien podíamos recursar y todos mis compañeros me miraron mal.

En el almuerzo, se me cayó la salsa de las albóndigas que compré en mi camiseta dos tallas más grande y ahora tengo una mancha roja de tamaño industrial en el centro de mi camiseta. Bueno, tampoco tanto, que sólo salpicó poquito.
Y para terminar de joder mi día, el aire de la universidad arruina mi maquillaje, mi cabello, mi estabilidad emocional y mis ganas de vivir. Así que estoy hecha un desastre cuando me encuentro con Aaron.

—Hola, Dian —me saluda con una sonrisa y trata de quitarme los dos cuadernos que llevo en las manos—. ¿Qué tal tu día?

Lo miro mal, luego me miro mal a mí y le sonrío —¿Tú qué crees?

—Que te va de maravilla, claro está —dejo de luchar contra él cuando ya me ha sacado un cuaderno, pues sí quiere llevárselos, que se los lleve. Es más, puede ir y tirarlos a mitad de la carretera para que los arrolle un auto, no quiero verlos más—. ¿Tienes algo que hacer hoy? ¿Ya comiste?

—Ya comí, muchas gracias, pero–

Estoy a punto de decirle que no tengo nada que hacer hoy cuando me llega un mensaje de Bill. Tomo el teléfono y lo desbloqueo para ver qué dice este hombre.

Billy.
¡Hoy salimos!
Es por el cumpleaños de Mack, es mi regalo para ella.

Aaron va a empezar a hablar y coloco un dedo en el aire para que guarde silencio un rato.

D<3.
Su cumpleaños fue hace tres días.

Billy.
Y sí
Pero sabíamos que hace tres días no ibas a poder ir al Gotcha.
😏😏😏😏

D<2.
Hoy tampoco puedo
🙂

Billy.
Pues qué mala suerte
Ya estamos esperándote en el estacionamiento

Ley de Murphy, yo lo dije. Voy a ver a los chicos y parece que me pasó por encima una manada de elefantes. Observo a Aaron que sigue de pie frente a mí con una sonrisa angelical y sostiene mis dos cuadernos contra su pecho. Ya sabemos que Aaron y Tom no se llevaron muy bien, con Bill pues fue raro, pero definitivamente no quiero que se vuelvan a ver.

—Tengo que irme, ¿sí? —le doy una sonrisa apenada y trato de tomar mis libretas, pero él las aferra a sí mismo—. Traes pegamento diez mil en las manos o por qué no sueltas mis cosas.

—Te acompaño a la parada del bus —y empieza a caminar. ¿Saben qué? Que se joda. Yo estoy tratando de que la Ley de Murphy no caiga sobre él, pero cómo sí es un testarudo—. ¿Y a dónde vas a ir?

Suspiro, resignada —Al gotcha.

—Cool —se alegra—. ¿Tienes algún día libre? Me encantaría invitarte a comer.

Al diablo las rubias. 「𝐭𝐨𝐦 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora