Un olor a pasta llegó hasta mis fosas nasales, lo que me hizo distraerme de ordenar mis papeles. Era la pasta que prepara mi madre. ¡Tan deliciosa!
—Vamos, Valen —gritó mi madre desde abajo. Bajé rápidamente, no quería perderme de esa pasta, no la volvería a probar en mucho tiempo.— ¿Tienes ya todo ordenado? —preguntó mi rubia y delgada madre. Asentí con la cabeza.— No puedes olvidar nada, cariño. Anda siéntate a comer.
Faltaban solo días para irme de aquí. Tenía 8 años cuando mi familia decidió mudarse a Italia, papá tenía negocios acá y no fue tan complicado porque mamá es de aquí y tenemos familiares así que nos fue fácil acostumbrarnos.
Aunque había algo en Alemania que me dolía dejar... mis mejores amigos.Desde que tengo uso de razón, siempre salía al patio trasero de mi casa en Alemania y jugaba con mis vecinos, los recuerdo muy bien, unos gemelos hermosos; Bill y Tom.
Cuando mis padres se dieron cuenta de que jugaba y me divertía con ellos me dejaron salir a la calle a montar bici, ir por helados y perseguirnos con espuma blanca. Bill y Tom siempre cuidaron de mi en la calle. Aún puedo recordarlos cuando me despedí para venir aquí. Tom ya tenía rastas en el cabello a su corta edad de 10 años y Bill se peinaba de una forma única, sus cabellos estaban elevados y los peinaba con mucho gel para mantenerlos arriba, me encantaban sus personalidades, aunque muchas veces se burlaron de ellos.
—Te tenemos una sorpresa, bebé —mi padre entró en la cocina y yo lo mire mientras comía mi pasta, estaba deliciosa.— No creo que te cueste demasiado estar en Estados Unidos, ya que no estarás sola.
Había aplicado para una universidad en Estados Unidos de gastronomía, me encantaba la cocina, mi madre desde pequeña me ha enseñado sus recetas y las de la abuela. Esto me surgió desde que tuvimos una racha muy mala en la familia, papá no tenía trabajo y mamá planchaba ropa ajena para poder tener algo de comer. He pensado en poner un restaurante en un futuro y también dar comida a quienes no tienen para comprar.
En unos días me iría a Estados Unidos para empezar con mi carrera, mis padres me ofrecieron terminar la carrera y ellos hacerse cargo de los gastos, cuando termine me ayudarán con mi restaurante y luego me asociare con mi padre para tener un por cierto cada quien, me gusta la idea.
—¿Alguno de ustedes viajará conmigo? —cuestioné, nada me haría más feliz, pero lo dudaba, mi padre tenía trabajo en Italia y mi mamá nunca se separaba de él. Siempre he admirado su matrimonio, son una pareja excepcional.
Ambos soltaron una risita y negaron con la cabeza.
—Nos enteramos que en ese país hay unas personas que quieres mucho y están dispuestos a acompañarte para que no estés sola y no te cueste adaptarte a otro país —mencionó mi madre.
—Sabemos que aquí no fue difícil porque tuvimos a la familia de tu mamá, pero allá tú sola, en un país nuevo, nos daba un poco de preocupación, y ahora podemos sentir más alivio de que habrá quien te cuide.
Seguía muy confundida.
—Mi amor, tus amigos están en Estados Unidos, Bill y Tom, ¿los recuerdas?
Abrí los ojos enormemente, comencé a sentir una emoción inexplicable. Es como si mi mente hubiera vuelto al pasado cuando mi madre me preguntó si los recordaba. Claro que lo hacía, son el recuerdo más vivo que tengo de mi país natal Alemania.
La última vez que los vi en una fotografía fue cuando tenía 12 años y ellos 14. Tom seguía con rastas y usaba gorras, pero su ropa extra grande no había cambiado. Bill tenía maquillaje negro en sus ojos y ambos con un piercing, uno en la ceja y el otro en el labio.
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The first love » Tom Kaulitz.
Teen FictionValentina Bauer tenía 8 años cuando se mudó a Italia con su familia dejando en Alemania a sus dos mejores amigos Bill y Tom Kaulitz. Los 3 habían crecido juntos y 10 años después se volverían a encontrar. "Sé que tal vez ya experimentaste tu primer...