Al dejarme en mi apartamento invite a Tom a que entrara pero me dijo que no podía quedarse y se fue. Sentía que nuestra amistad se estaba desmoronando y era justo lo que quería evitar pero creo que no podría hacerlo.
Emily me había llamado para preguntarme cómo me había ido con los chicos, le conte que iría a su sesión de fotos y que probablemente veria a Tom y hablaríamos así que ella quiso estar al pendiente de todo. Le conté que Tom no quería hablar conmigo sobre nosotros y soltó un suspiro decepcionada.
Omití esa parte donde lo vi con la modelo que quería que la llevara a su casa. Acepto que al verlo juntos algo en mi estómago se revolvió, y me había hecho fruncir las cejas sin darme cuenta, no sabía por qué pero ese sentimiento de molestia había sido fatal. Y me había sentido enojada con Tom por no rechazarla, tuve que ir yo a su rescate. Aunque quizás él no quería ser rescatado, y eso me hacía molestar más.
Estábamos ya a día miércoles, era la hora del almuerzo y Emily me estaba contando acerca de una receta que le dio su abuela, no sabía hacer una buena presentación de platillo para esta así que le estaba dando algunos consejos para que pudiera servir el platillo de una forma presentable. A los minutos llegó Nick y nos saludó a ambas sentándose en la misma mesa.
—¿Salimos hoy? —me preguntó una vez que se acomodó en su asiento de a lado mío.
—Hoy no puedo, tengo que preparar mi platillo que presentaré mañana en la evaluación.
Y aunque muchos no lo crean, en gastronomía si evalúan platillos y evalúan todo, es muy importante la visualización, primero cocinarlo, tener la cocción exacta, saber combinar las especias, presentar el platillo de una forma que atraiga a las personas, se enamoren de él y les den deseos de probarlo, luego viene el sabor y al final saber enamorar el paladar de la persona.
—Esta bien, nena. Entonces mañana —asentí con una sonrisa y entre los tres pensamos en los diversos platillos que podíamos presentar mi amiga y yo.
Nick se tuvo que ir cuando acabo la hora del almuerzo, su edificio quedaba a 5 minutos del nuestro así que se fue un poco antes. Podía notar que su presencia ya no le era de mucho agrado a Emily, cuando él estaba ella casi no hablaba y nos ignoraba un poco. Seguía insistiendo en que Nick tenía banderas rojas que no estaba mirando. Cómo hoy que me dijo que traía demasiado maquillaje y yo no lo tome a mal, quizás había puesto un poco demás.
—De verdad, Val, deja de justificarlo, vienes hermosa —reprochó Emily entrando al salon—. Si vuelve a decirte algo sobre tu vestimenta o tú maquillaje te juro que...
—Tranquila, Emily —mencioné haciendo que bajara la voz, nuestros profesores estaban entrando al salón así lo primordial ahora era aprender.
Cuando terminamos clases salimos del edificio y como ya era una costumbre esperaría un taxi.
—Oh por dios —mi amiga apretó mi mano deteniendo su paso mientras la emoción era evidente en su rostro—. Mira quién está ahí —chilló emocionada mirando al frente. Lo que me hizo mirar también a mí.
El auto negro ya conocido de Tom estaba aparcado justo ahí. Un escalofrío recorrió mi espalda y puedo decir que estaba emocionada de verle y que estuviera aquí.
—Mierda... —volvió a pronunciar mi amor cuando ambas vimos que una chica rubia se acercó a él y con una sonrisa coqueta le habló, Tom la miró y le sonrió de igual forma, estaban charlando—. ¿Crees que haya venido por ella?
—Vamos a averiguarlo —le dije con ambas cejas levantadas y comencé a caminar hasta ellos deteniéndome frente aquel chico de trenzas quien mantenía una sonrisa encantadora en sus labios.
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The first love » Tom Kaulitz.
Teen FictionValentina Bauer tenía 8 años cuando se mudó a Italia con su familia dejando en Alemania a sus dos mejores amigos Bill y Tom Kaulitz. Los 3 habían crecido juntos y 10 años después se volverían a encontrar. "Sé que tal vez ya experimentaste tu primer...