16.

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Estaba a punto de irme a dormir cuando el timbre de mi apartamento sonó, fruncí las cejas al escuchar porque ciertamente no esperaba a nadie y mucho menos a esta hora, siendo casi media noche ¿quién podría venir a verme? No creía que fuera Nick, hace horas que me había texteado que se iría a dormir.

Por un momento mi corazón se paralizó pensando que podría ser Tom, puedo creer que sería la única persona que vendría a altas horas de la noche.

Me coloque una sudadera sobre mi pijama, que consistía en un pantalón flojo y una blusa de tirantes y me deslicé hasta la puerta de entrada y la abro cuidadosamente.

—Valen... —Bill estaba de pie frente a mi y sentí un alivio en mis hombros al ver qué era él —. ¿Por qué abres la puerta así sin preguntar quién es? ¿que tal si fuese un ladrón, ah?

Sonreí y me encogí de hombros yendo hacia el sillón y dejando que mi amigo cerrar la puerta detrás de él para seguido acompañarme al sofá.

—Igual no hay mucho de valor aquí —mencioné.

—Claro que lo hay —habló él quitándose el abrigo—. Podrían llevarte a ti.

Solté una risita sacudiendo la cabeza y observé lo que traía en las manos. Bolsas de papel fue lo que coloco sobre la mesa de centro.

—¿Y eso? —señale con mi dedo índice las bolsas.

—Bueno, ya es la tercera vez que me rechazas para ir a una fiesta, así que traje la fiesta hasta ti —soltó elevando las cejas y sacando las botellas de alcohol de dichas bolsas. Abrí la boca sorprendida al verlas y lo mire sin poder evitar sonreír.

—Pero solo somos dos, Bill.

—No importa, eso es mejor que nada —inquirió él.

Ambos nos reímos y me levanté en busca de vasos donde depositariamos las bebidas. Esta vez no me opuse porque primeramente Bill había venido hasta mi hogar, y segundo porque mañana empezaba el fin de semana así que no tenía que despertar temprano.

—¿Y los demás? —pregunté, aunque al decir los demás, en mi interior quería saber más de una persona en específico.

—Bueno, Gustav y Georg se la pasan con sus novias. Ya los vemos solamente cuando ensayamos —respondió abriendo la primer botella y vaciando el líquido en el vaso—. Y Tom salió con una chica así que me quedé solo en casa.

Sentí un apretón en el estómago y trague saliva ante su respuesta, parecía que me había echado un balde de agua helada. Tom estaba con una chica ahora mismo y yo no sabía cómo reaccionar ante eso. Antes no me hubiera importado lo que estuviera haciendo, antes me hubiera dado igual y mi mente no se estuviera invadiendo de imágenes desagradables, pero ahora quería darme un fuerte golpe al darme cuenta que me importaba más de lo que debería.

—Pero recordé que tengo a una hermosa chica viviendo a cinco minutos de casa y no podría rechazar estar conmigo y tomarnos algo, así que vine —la voz de mi amigo me saco de mis pensamientos y le sonreí. Él tenía razón, no iba a rechazarle estos tragos que sentía que podía tomarmelos como agua.

Empezamos a beber y puse algo de música en mi celular, platicábamos de cosas que le habían ocurrido en el trabajo de modelo y como me había sentido aquella vez que modele junto a ellos. Luego recordamos cosas de la infancia y la vez que fuimos a patinar por primera vez, nos caímos tantas veces que al día siguiente amanecimos con moretones y el cuerpo muy dolorido por eso. Nuestros padres no nos dejaron salir en tres días seguidos hasta que estuvimos mejor.

Siendo las una y quince de la madrugada sentía que mi cabeza comenzaba a darme vueltas y mis ojos se sentían un poco pesados pero siendo sincera no quería que esto se acabara. En todo ese rato no volví a acordarme de Tom y su estúpida chica, que podía imaginar que era la modelo con quién trabajó la última vez que lo vi, o quizá la alumna que le coqueteaba fuera de la universidad, alguna chica del lugar a dónde siempre íbamos, incluso mi mejor amiga Emily. Sacudí la cabeza tratando de sacarme toda esa mierda de la mente y sonreí hacia Bill.

The first love  »  Tom Kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora