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–Tienes que ir –Tom iba subiendo a su auto para darle marcha.

Diariamente él venia por mi a la universidad, parece que tiene mucho tiempo, no sé cómo se divide entre la banda, el trabajo de modelo, salir con chicas y pasar un buen rato conmigo.

Habían organizado una fiesta en el lugar donde siempre tocan y ellos estaban invitados, además cada uno de la banda podía llevar un acompañante. Tom me estaba invitando, pero me preguntaba si Bill también llevaría a alguien.

Bill ya no estaba tan distanciado de mi, ayer me había ido a ver por la tarde pero se quedó como una hora y se fue. Al parecer ya había olvidado todo y yo tenía que esforzarme por hacer lo mismo.

–No sé, Tom... No quiero que termine mal como la última vez –trate de susurrar lo último pero al parecer el auto estaba lo suficientemente silencioso para que él pudiera escuchar lo que dije.

–¿Te sigue gustando Bill? –me preguntó inesperadamente así que abrí los ojos demás tragando saliva. Estúpida boca mia.

–Lo quiero como mi mejor amigo –respondí.

–No pregunté cómo lo quieres, Val.

Me quedé callada unos segundos, si decía que no estaría mintiendo, aún me gusta pero a la vez siento que amo más ser su amiga, me encantan convivir con él y me hace sentir aún mejor saber que somos amigos. Estaba confundida.

–Esta bien, no me respondas... lo olvidaré si vienes conmigo a la fiesta.

–Claro que iré, no puedo dejar a Tom Kaulitz solo porque puede pelearse con otro chicos –me giré a verlo y ambos sonreímos.

–Mientras no se metan con Bill.– mencionó él con la vista en el camino.

Tom solo me dejó en mi apartamento y se fue, dijo que pasaría por mi en la noche. Aproveche mi tiempo limpiando el apartamento y hablando con mis padres en videollamada, les asegure que los Kaulitz estaban cuidando bien de mi, pero ellos nunca habían estado preocupados porque sabían que lo que decía era verdad.

Les avise que saldría con ellos por la noche y me pidieron que me divirtiera. Le echaba muchas ganas a la universidad así que ellos pensaban que me lo merecía.

Cuando estaba anocheciendo corrí a darme una ducha y escogí un vestido verde esmeralda corto de tirantes y ajustado a mi cuerpo con una abertura en la pierna. Mi cabello rebelde no lograba acomodarse así que solo me hice un intento de ondas con la plancha y lo acomode con las manos como pude. No sabía si llevar tacones negro o dorados pero terminé escogiendo los segundos y cualquier bolso color piel.

En maquillaje a decir verdad no era muy buena así que fue algo muy sencillo y dispuse a esperar por Tom, creí que tardaría un poco más pero está vez gane en tiempo.

20 minutos después mi gemelo mayor llegó y al abrir la puerta me encontré con un Tom de trenzas en ropa negra totalmente y algo holgada para su cuerpo, la bandana negra con detalles blancos en su frente le combinaba. Se veía realmente guapo. Además tenía un olor exquisito.

–Guau –fue lo único que pudo soltar al mirarme. Levanté las cejas cuando sus ojos me recorrieron lentamente de abajo hacia arriba. Cuando sus ojos chocaron con los míos parpadeo varias veces tragando saliva.

–Ya estoy lista, Tom. Vámonos.

Mi amigo asintió y bajamos para llegar a su auto y ahora sí ponernos en marcha. Me sentía bien. Tom últimamente estaba pasando mucho tiempo conmigo así que no me sentía sola en absoluto.

Cuando llegamos al lugar la musicae estaba a todo lo que daba. Entrando Tom me guio hasta una mesa y pidió una bebida para ambos.

–¿Dónde están los demás? –pregunté acercándome a su oído para que pudiera escucharme.

The first love  »  Tom Kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora