La noche había sido muy buena, los chicos tocaron unas cuantas canciones y platicamos de como me había ido en Italia, mi madre es de allá entonces ellos me pidieron que un día los llevará a conocer.
Ellos me hablaron de este país y que es lo que hacían, los fines de semana tocaban en lugares y entre semana practicaban y componían. Claro que todos tenían trabajos.
Los gemelos tenían un trabajo de temporadas, eran modelos, modelaban ropa de caballero o calzado, les iba muy bien y los llamaban seguido ya que eran muy lindos físicamente y eso atraía mucho más. Se habían mudado a Los Angeles hace un año, para mejorar el estado de su banda, tienen el nombre de Tokio Hotel. A pesar de no ser tan conocidos lo que les pagaban por ir a lugares era un buen dinero.Había quedado con Bill de almorzar después de ir a ver la universidad en la que estudiaría. Empezaría en dos semanas, tenía tiempo libre para aprenderme a movilizar en la ciudad y tratar de adaptarme. Con la ayuda de los gemelos y ahora también amigos míos Georg y Gustav lo haría.
—¿Cómo dormiste, Valen? —me preguntó Bill para seguido tomar un sorbo de su taza de café.
Le estaba sirviendo de una pasta que había hecho y que aprendí gracias a mi madre, sabía que le encantaría.
—Muy bien, me siento un poco extraña, es raro no escuchar a mis padres hablarme.
—Te entiendo, pero te irás acostumbrando, además nos tienes a nosotros, no estarás sola.
Le sonreí y le di el plato a probar, me quedé mirándolo por unos segundos, no pude evitar volver a perderme en su aspecto, sus ojos eran sumamente lindos, cuando sonreía parecía que todo se iluminaba a su alrededor.
—¿Por qué me miras así? —su pregunta me hizo despertar y desvíe la mirada.
—Nada, solo quería ver tu reacción al probar la pasta. Mi madre la preparaba en ocasiones especiales.— me sonrió y la probó.
—Valen, esto está delicioso, dios mío. Vas a ser una excelente chef, nena. Lástima que Tom se la haya perdido.
—¿Dónde está?
—Ya sabes, no puede estar quieto. Conoció a una chica hace dos semanas y quedaron hoy en verse, dijo que vendría lo antes posible —acercó su rostro al mío y susurró — pero lo dudo.
Se echó a reír y yo también.
Anoche contaron que Tom es muy "ojo alegre", siempre está conociendo chicas y sale con ellas durante cierto tiempo luego es como si se aburriera y busca a otra... Eso no quita que Tom sea un buen muchacho.— Y tú, ¿tú tienes a alguien ahora?
Ni siquiera sé por qué mi pregunta me hacía ponerme nerviosa, Bill y yo somos mejores amigos, nos conocemos desde que tengo 5 años.
Bill me miró y sonrió mientras seguía comiendo.— No, No hay nadie que haya cautivado aún mi corazón. —respondió él sin interés.
— Pero... ¿no hay nadie que te guste?
Se encogió de hombros y opté por ya no hacer preguntas, algo me hacía sentir como él no quisiera hablar de este tema.
— Te miras muy bien con maquillaje, me gusta. —cambié de tema sonriéndole al mismo tiempo que miraba sus ojos y ahí estaba nuevamente, sus ojitos en forma de media luna golpeaban mi estómago, como si hubiera un remolino dentro de mi.
— Si te gusta a ti, me gusta mucho más a mi.
Ambos reímos y decidí acompañarlo a comer. Amaba las pastas, mamá desde que nos mudamos a Italia hacia más seguido y la abuela le enseñaba nuevas recetas por lo que se convirtieron en mi comida favorita y quería que Bill las disfrutara conmigo. Claro que también Tom pero el muchacho estaba perdido.
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The first love » Tom Kaulitz.
Teen FictionValentina Bauer tenía 8 años cuando se mudó a Italia con su familia dejando en Alemania a sus dos mejores amigos Bill y Tom Kaulitz. Los 3 habían crecido juntos y 10 años después se volverían a encontrar. "Sé que tal vez ya experimentaste tu primer...