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𝔑𝔢𝔳𝔦𝔩𝔩𝔢 𝔏𝔬𝔫𝔤𝔟𝔬𝔱𝔱𝔬𝔪 𝔧𝔞𝔪á𝔰 𝔥𝔞𝔟í𝔞 estado tan asustado como aquel día, el corazón se le salía del pecho. No había podido dormir en toda la noche pensando en lo ocurrido, Hannah Abbot lo había besado y el amor de su vida había observado, aún recordaba el rostro de _____ tan lleno de tristeza. Se llegó a preguntar porqué la había afectado de tal manera ¿acaso era posible que ____ Lestrange se había puesto celosa?
Lo único que quería era arreglar las cosas con ella, explicarle que todo era un malentendido y rogar por perdón, por lo que apenas amaneció se fue al Gran Comedor a buscarla. Ignoró el saludo de Hannah y la miró con desprecio, buscando a Lestrange como si su vida dependiera de ello.
-Luna- dijo sin aliento al toparse con la Ravenclaw -¿No has visto a _____?
-No, Neville- Luna suspiró con un aire de melancolía -¿Estás bien? Te ves agitado.
-Lo arruiné todo, Luna, soy un idiota- dijo exasperado, enredando sus dedos en su cabello y jalando con fuerza a manera de desesperación.
-No entiendo...- suspiró la rubia.
De repente, la profesora McGonagall se acercó a Neville con una sombría actitud, se le veía preocupada a más no poder y tuvo dificultad para expresarse.
-Señor Longbottom- habló la mayor en un susurro -Acompáñeme, por favor.
Inmediatamente supo que tenía que ver con _____.
Corrió a la enfermería lo más rápido que pudo, sin importarle nada más. Luna, en su usual calmada y pacífica actitud, caminó, por lo que se quedó atrás rápidamente.
Un jadeo horrorizado salió naturalmente de la garganta de Neville, quien encontró a su mejor amiga acostada en una camilla, parecía estar dormida, aunque estaba muy pálida y no tenía color alguno en sus labios o mejillas. Ahí estaban Dumbledore y Snape con actitud solemne. Draco Malfoy se limpiaba las lágrimas a su lado, y cuando notó la presencia de Longbottom explotó en furia.
-Cómo te atreves a venir aquí- escupió Malfoy.
-¿Pero qué... qué le pasó?- respondió Neville sin aliento.
-No es asunto tuyo, Longbottom- exclamó -No actúes como si te importara.
El miedo se apoderó de Neville, pues estaba aterrado de Draco Malfoy. No sabía qué decir. Claro que le importaba, le importaba más que su propia vida.
-Su tiempo se acabó, señor Malfoy- habló Madame Pomfrey con severidad -Le voy a pedir que se retire.
La mirada grisácea del rubio se intensificó con odio y rencor, y no la apartó de Neville Longbottom hasta que estuvo fuera del hospital.
Sin Draco presente, finalmente Neville se lanzó a la camilla y explotó en llanto. Ella no se movía, apenas respiraba. Estaba inerte y fría al tacto, parecía muerta.
-Dios mío- lloró a gran voz -¿Qué pasó?
-Ingirió una especie de planta... Mort- Mortem...- titubeó McGonnagall -Su efecto es muy peligroso, estaría muerta si no fuera porque la encontramos a tiempo.
-Mortem Iaculis- Neville dijo en un hilo de voz. Se dio cuenta de lo ocurrido, y se odió a sí mismo una y mil veces por enseñarle esa maldita planta.
-Exacto- dijo Madame Pomfrey -Logramos estabilizarla, la profesora Sprout está creando un remedio, pero aún no sabemos si será efectivo.
Neville regresó a su llanto sin consuelo y escondió su rostro en sus manos. No le importó quien lo escuchó y sollozó libremente al volumen que fuera.
-¿Por qué, _____, por qué hiciste eso?- repetía, tomando la mano fría de la chica y abrazándola con afecto y añoro.
-¿Había notado usted algún comportamiento... extraño en ella?- cuestionó Albus Dumbledore, acercándose más a la camilla y colocando su mano en los temblorosos hombros de Neville.
-N-No- respondió en un grito ahogado -Ella actuaba n-normal, nunca me dijo nada. S-solo había e-estado durmiendo mal últimamente pero nunca me imaginé que...
Y a pesar de sus lamentos, angustias y súplicas, ella no despertó. Rogó por su perdón interminables veces, se disculpó por haberle enseñado aquella planta, por no haberle prestado más atención, por haberla descuidado, por haberla dejado sola.
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Las horas se convirtieron en días, y los días en semanas, pero aún nada. Luna y Neville la visitaban cada día sin falta, hablarían con ella sin saber si ella los escuchaba o no. Ocasionalmente llegaría Hermione, pero parecía estar ocupada en otras cosas. El acoso por parte de Malfoy y sus secuaces era aún peor, Draco parecía culpar a Neville de lo ocurrido.
Ese día no fue diferente. El muchacho caminó con un ramo de flores amarillas frescas para poner en el florero al lado de la camilla de _____, hizo su mejor esfuerzo por no llorar de nuevo. Se sentó junto a la camilla y esperó en silencio unos minutos, tal vez ella despertaría pero esperó en vano.
-______- suspiró. Luna no estaba, por lo que tenía más libertad con sus palabras.
No te apures No detengas El instante del encuentro ⋆˚✿˖°
-Te extraño muchísimo. No se si puedas oírme, pero si te vas y no te lo digo enloqueceré.
Está dicho que es un hecho No la pierdas, no hay derecho No te olvides que la vida Casi nunca está dormida ⋆˚✿˖°
-Y-Yo te quiero- titubeó -Y no solo como tu amigo. Te he querido desde que despertaste después de ser petrificada por el basilisco, lo cual se parece a esta situación pero es completamente distinto. No hay ningún basilisco, y no hay certeza de que despertarás con una poción de mandrágoras.
Como lo esperaba, ella ni siquiera se movió.
-El punto es que ni siquiera te quiero, te amo- admitió, sintiendo como el calor de un sonrojo se acomodaba en sus mejillas y orejas -Pero tengo miedo, porque si te lo digo no querrás seguir siendo mi amiga. Fuiste la primera amiga que he tenido, la única que en ninguna ocasión se ha burlado de mi. Si tú te mueres, no podré volver a querer a nadie, y no te pido que me aceptes, sólo te pido que regreses con vida.
Luna Lovegood observó con una suave sonrisa, asomándose por la puerta del hospital. Finalmente había escuchado a Neville admitirlo, y si _____ podía escucharlo, sabía que ella regresaría.
