COMO PERRO CALLEJERO

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Completamente empapado de pies a cabeza después de verse obligado a caminar a casa bajo una tormenta después de perder el autobús del campus, Deidara se paró frente a la puerta del apartamento que alquiló con otros dos estudiantes, Sai y Kurotsutchi, y metió la mano en un bolsillo y luego en el otro, buscando su llave. Su búsqueda no arrojó nada más que un envoltorio de chicle usado y una caja de fósforos húmeda, así que le dio una buena patada a la puerta con la esperanza de que alguien estuviera en casa y lo dejara entrar.

Cuando nadie respondió a la puerta, dejó caer su mochila al suelo y comenzó a revisar todos y cada uno de los bolsillos, maldiciendo cuando descubrió que las tapas de todos sus cuadernos se habían mojado.

Sin embargo, todavía no había ninguna llave, y Deidara se abstuvo de golpear la pared y, en cambio, envió un mensaje de texto a sus compañeros de cuarto, preguntándoles dónde estaban. Sai respondió primero, diciendo que estaba durmiendo en la casa de su novia y que no lo molestara, mientras que Kurosutchi respondió que estaba de vuelta en casa con su familia durante las vacaciones de invierno.

-Oh, sí... entonces no importa-Deidara respondió

En su prisa, se había olvidado por completo de eso. Cuando Deidara trató de enviarle un mensaje de texto a Sai nuevamente, preguntándole si podía regresar muy rápido para abrirle la puerta, no hubo respuesta. Deidara luego intentó llamar solo para que su llamada fuera al correo de voz. No era como si no tuviera otros amigos, pero ninguno estaba lo suficientemente cerca de su ubicación y de ninguna manera quería involucrarse en lo que sea que Hidan haría un viernes por la noche.

-¡Maldita sea!-Deidara gritó mientras tiraba su teléfono al suelo. Lanzadolo con más fuerza de la que pretendía, el teléfono rebotó una vez en el suelo y luego golpeó la puerta del apartamento justo enfrente de él.

-Mierda…-Deidara suspiró cuando escuchó pasos desde el interior del apartamento acercándose a la puerta y luego se abrió con una ráfaga de aire cálido.

Itachi Uchiha estaba allí de pie, vestido con pantalones negros y una camiseta de manga larga. Su cabello estaba suelto, cayendo sobre sus hombros.

Sus ojos oscuros se posaron en el teléfono frente a su puerta, y luego en Deidara. Habían vivido uno frente al otro durante dos años, y Deidara lo había odiado instantáneamente, pero cuando sus amigos le preguntaron por qué, nunca pudo decirlo.

Kurotsuchi afirmó que estaba enamorado y no sabía qué hacer al respecto, y para demostrar que estaba equivocada, Deidara decidió que en realidad no odiaba a Itachi, e incluso intentó ser cortés con él.

-Parece que dejaste caer tu teléfono en mi puerta-dijo Itachi, con una sola ceja levantada-¿Te olvidaste la llave?

-Astuto como siempre ¿Qué me delató?- Deidara puso los ojos en blanco

-Bueno, por un lado-dijo Itachi-la gente no suele sentarse frente a sus puertas empapadas

Se miraron el uno al otro por varios momentos antes de que Itachi se hiciera a un lado y Deidara pensara que solo iba a cerrarle la puerta en la cara. En cambio, en realidad lo invitó a entrar.

-Puedes entrar si quieres hasta que uno de tus compañeros de cuarto llegue a casa

-Bueno... uno de mis compañeros de cuarto se fue de vacaciones y el otro tiene pensado follarse a su chica toda la noche, así que...

Itachi levantó la mano e interrumpió a Deidara-No necesito todos los detalles. Puedes entrar o sentarte allí como un perro callejero y llamar al cerrajero. Pero voy a cerrar esta puerta, no voy a pagar para calentar los pasillos

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