NO QUIERO PERDERTE II

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Acostado en su cama como todas las noches, miro el techo aún con sus ojos un poco hinchados por haber llorado tanto de nuevo. Podría averse quedado dormido hacia un tiempo sin embargo se rehusaba a ello ¿Que pasaba porque no llegaba? Una mirada hacia la ventana le basto para darse cuenta de que hacia un viento terrible allá afuera, tenía frío y hambre, sus padres le habían vuelto a castigar y para ello le quitaron su manta y le mandaron sin comer a su habitación.

El crujido de la madera le hizo medio sonreír ante la presencia que se había echo presente después de desearla con fervor. Se alejo de la cama de manera rápida y quedó ahora de frente ante aquel hombre.

-Deidara...¿Lloraste de nuevo?-esa voz le hizo relajarse extremamente

-¡No, porsupuesto que no!-con su muñeca limpio de manera rápida el rastro de lágrimas que quedaban en ella

-No mientas ¿Que te hizo?

Después de cinco años no había podido alejarse de ese mocoso al que el mismo había nombrado y para el colmo había interferido en la vida de ese niño desde el inicio hasta ahora.

-¡Itachi!-el pequeño rubio le abrazo fuertemente de las piernas enredando sus brazos en las rodillas del mayor enterró su cabeza en ellas-¿Tu...me quieres?

“No....yo no te quería Deidara. En ese momento ya estaba perdidamente enamorado de ti...”

-¿Ahora de que hablas enano?-el mayor miro los ojos suplicantes, rogaban un poco de cariño y de consuelo. El jamás podría negarle nada a ese rubio-deja de mirarme así. Deidara lo que yo siento por ti es un cariño especial, muy especial-con eso basto para que el pequeño sonriera

-¿Especial?

-Si, tan especial como tú-toco la nariz del menor haciéndole fruncir el entrecejo-¿Tienes hambre?

Deidara asintió frenéticamente logrando que su mayor se acercase a su cama y diera una inspección rápida. Itachi movió sus dedos sobre la cama para hacer aparecer una manta suave y calida, mando al niño acostarse en la cama y el no tardó en cumplir con los caprichos de ese humano y con un simple chasqueo una pizza apareció junto una malteada de vainilla y papas fritas, la comida favorita de su mortal.

-Te consiento demasiado...

-¡Para nada!-murmuro comiendo otro pedazo más de pizza mientras que su mano derecha sostenía su malteada dándole sorbos de ratos

-Come despacio niño

-Oye Itachi ¿Porque mis padres no pueden verte?

-Te he dicho que eres especial para mí Deidara...-murmuro acariciando el cabello del menor-¿Acabaste ya?-impresionado con la rapidez del menor al comer Itachi sonrió

-Si... Itachi-el dios miro al niño que ahora volvía a verle suplicando algo-yo...bueno tú... ¿Puedes dormir hoy conmigo?

El mayor lo meditó un poco más, no tenía nada pendiente, si, era de noche por lo cual se suponía debía mantenerse atento a los sueños pero hoy haría de nuevo una excepción, le sonrió dulce al pequeño rubio para después asentir.

-¿Deseas soñar algo en específico?-Itachi se recostó dándose el lujo de deshacerse de su capa y zapatos. Deidara no tardó mucho en acomodarse junto al cuerpo de su mayor, la comida había sido desaparecida en cuanto Deidara dijo estar satisfecho-oye mocoso no arriba de mi-reclamo en cuanto vio al menor  recostar su cabeza en su pecho

-Solo por hoy...-murmuro suplicando e Itachi de nuevo no pudo negarle nada-¿Puedo soñar con usted?

Arqueo una ceja interrogante.

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