Capitulo 2.

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Antes de subir al auto, Donghae se aseguró de llevar lo necesario para atraer al Omega.

Aunque su cuerpo ya olía a alcohol mantenía la cordura para no desperdiciar esta oportunidad de devolverle el favor a su ex pareja.

-Una cosa más... no debes saber el nombre de tu Omega, muchos engañan a sus Alfas así que tratamos de guardar discresión y no nos responsabilizamos de lo que pueda pasar...

-¿Por eso los odias tanto?-Preguntó el menor al entrar al auto. Siwon permaneció en silencio e introdujo las llaves hasta oír el ruidoso motor.

El bar estaba iluminado por las luces de color neón adornando el nombre del lugar, su vista estaba borrosa así que no se molestó en analizar el nombre y simplemente bajó acómodando sus pantalones.

Tras entrar por esa puerta ya no habría marcha atrás, las personas lo observaban y otros lo ignoraban a causa de los Omegas que trabajaban ahí, fue impresionante ver como uno bailaba alrededor de un tubo y obtenía dinero sin problemas, muchos se acariciaban y otros cogían sin importarles donde estaban. Había olores que repugnó y por ello cubrió su naríz hasta quedar en el centro de la pista, era tan largo su camino para llegar a la barra inclúso quería rendirse y evitar acostarse con un Omega y luego con otro y otro hasta sentirse satisfecho, esa tarde Heechul lo rompió como nunca.

Siwon dijo que reconocería al Omega apenas llegara a la barra, pues siempre pedía un Gintonic y ofrecía mientras lo bebía. El tan solo imaginar esa locura, su miembro se puso duro, imaginó beberlo desde su boca mezclando con su saliva, odiaba el sabor de la ginebra, pero si lograba ser reducido de esa forma estaría dispuesto a disfrutarla

"¡Dios Donghae! ¡Tienes una mente rara ahora que eres soltero!"-Pensó. Unos centimentros más y ya se posaría en la silla que lo esperaba, más sin embargo, su atención se esfumó cuando sintió una mano acariciar la suya.

Tras el movimiento sus escalofríos se apoderaron de él, su mirada giró a la dirección donde creyó que la persona se dirigía...

Sus ojos se encontraron con otros de color rosa seductores, labios gruesos y chaqueta de mezclilla con peluche en el cuello esperando ser arrebatados, unos pantalones negros apretados que delineaban bien el culo del Omega, Donghae estaba impactado con la belleza del ajeno y notar que cada vez estaba más lejos lo alteró y logró seguirlo.

Para el otro no parecía tener dificultad al caminar pero Donghae chocaba con las personas gracias a la adrenalina que sentía. Su corazón pálpitaba rapidamente y sus pies tropezaban.

La gente cada vez más se iba acabando y ambos se dirigieron al fondo del bar, donde no había luz neón, solo roja parpadeánte.

Por cada paso que daban, las luces se encendían y se apagaban.

-¡Mierda! ¡Deja de moverte!-Gritó Donghae un tanto mareado apoyándose de la pared, una risita se asomó y fue llevado de las manos.

Por extraño que parezca, confíaba en ese Omega cuando lo guíaba, conocía el camino a la perfección y sin mirar atrás llegaron hasta la habitación 211.

El Omega no tardó mucho para besar su cuello y sus manos traviesas acariciaban la erección de Donghae.

El Alfa jadeaba y el aroma del Omega se apoderó de él.

Fresas. Que delicia.

Sus manos acariciaron la pequeña curva de la espalda del Omega.

Un ligero gruñido salió de su boca cuando sintió los pequeños colmillos enterrarse en su cuello. -Eres mío...-Susurró el Omega, Donghae se volvía cada vez más loco y bajó sus manos a los preciosos glúteos ajenos que desnudo de un solo tirón.

Ahora era él quien tomaba el control. El Omega con un solo saltito rodeó con sus piernas la espalda de Donghae y pronto fue depósitado en la cama para ser devorado por sus besos.

Las ropas desaparecieron y ambos admiraron el cuerpo del otro, tal vez el Omega podía verlo como un juguete por la forma en que lo miraba pero Donghae deseaba que esa cintura, ese pecho, esos labios y ese cuello solo le pertenecieran a él...

ese aroma era una droga para él e intento percibirlo aún más.

Donghae lamió los preciosos botoncitos del Omega observando como este gemía, pasaba su lengua por la puntita y mordisqueaba cuando escuchaba al otro jadear. El Omega enredó sus dedos en su cabello castaño y sabía cuanto lo disfrutaba. Sus besos pasaron hasta su cintura donde mordisqueó y corrió hasta la erección que recibió en su boca.

-Ah...Dios...-Gimoteó. Donghae jamás escuchó el gemido de un Omega porque creía que no era gran cosa, ahora... de solo escuchar a este necesitaba más.

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Los deliciosos jadeos de ambos hacían eco en la habitación, Donghae envestía con rápidez al adolorido Omega que mordía su dedo desde hace rato. Sus cuerpos estaban sudorosos y el Omega encajó sus uñas en la espalda del Alfa provocandole heridas apenas notorias, Donghae adoraba ver el sonrojo y los ojitos cristalizados pidiendo por más

-¡Mierda eres tan líndo!-En agradecimiento el Omega sonrío y gimió levantando su pecho tras esa envestida, Donghae apartó con brúsquedad la estorbosa mano y se apoderó por segunda vez de los labios rojizos, sentía el sabor del valsámo sabor cereza, era dulce y brillaban con la luz amarrillenta.

-Ah...Más...-Suplicó el Omega, estaba a punto de correrse y esa frase lo motivo, esperaba no ponerse condón pero este insistió así que apenas disfrutó la cavidad del Omega. Quería sentirlo, hacerlo gemir sin nada que lo impidiera pero tampoco estaba listo para tener un hijo.

Un grito provocó su extasis y el líquido preseminal salió.

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La mañana siguiente fue una mierda, Donghae odiaba la luz del sol pero tal parece que el Omega lo disfrutaba.

Mientras Donghae procesaba lo de aquella noche, admiraba el pequeño cuerpo frente a la ventana.

El Omega tenía algo de pena pues se aseguró de cubrirse el cuerpo con la manta blanca. Donghae se burló y llamó su atención.

-Buenos días...-El Omega se acercó y besó su naríz

-Creí que te irías apenas despertaras...-¡Dios que buena forma de contestarle!

-Enrealidad, quien tenía que irse hace una hora eres tú... ¿No te dijeron las reglas?

-Eh... sí... ¿Qué pasa si no quiero irme ahora?-Preguntó acariciando su brazo.

-Bueno... primero...-El Omega acortó la distancia y empujó a Donghae para quedar encima suyo.-El dueño vendrá y te verá... y después...

-Ajá...-Dijo Donghae mientras esperaba que el Omega se acercara más para besarlo. Solo un poco.

-Cobrará más de lo esperado...

-¿¡Qué!? ¡El no puede, es mi hermano!

-Aunque lo sea lo hará...-El Omega pronto se levantó y buscó su ropa. Donghae veía al techo extrañado ¿Enserio esto recibía por darle su pene anoche?
-¿Puedo verte mañana?

-Esto no es una cita señor...-Buscó en el pantalón del Alfa la identificación-Lee Dong Hae... Sabes que tienes que pagar...

-¡Quiero verte mañana!... ¡No! ¡Hoy!...-dudó.

-Eres líndo, admito que me diste un buen sexo pero... yo tengo otros clientes que atender...

La decepción en sus ojos era notorio, Donghae se dió cuenta apenas que contrató un compañero de cama para sentirse bien y así lo iba hacer con diferentes personas más adelante... ese plan se fue a la mierda ahora que miraba la escultura frente a él...

-Dime tu nombre...-El Omega detuvo su andar y terminó de pie en medio de la habitación.

-Hyukjae...-Fue lo último que dijo y se apresuró a salir.

Donghae disfruto la fríaldad con la que entonó.

Hyukjae, un dulce poema y un dulce tormento que despertó su erección. Algo de lo que ya se haría responsable solo,

por ahora.

" 𝐉𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 " [Términada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora