[COMPLETADA]
Kathryn Miles, es una linda chica con una vida desordenada. Tiene un novio que odia, una madre que no le pone ni la menor atención, pero todo esto cambia cuando conoce al hombre.
Aquel encuentro inesperado la llevará a hacer cosas impe...
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════════════════ KATHRYN:
Subí a mi auto sin esperar a Kelly, miraba por todos los espejos, cuando tocaron la ventana temía voltear, pero lo hice. Por suerte era mi amiga, le abrí y en cuanto subió comencé a conducir.
Llegamos muy rápido, a esta hora no hay nada de tránsito, ella me iba platicando algo, a lo que realmente no puse atención.
Bajamos en la residencia, busque la llave de mi habitación, nos despedimos en la puerta y cuando entré, pude respirar con tranquilidad.
No esperaba que esta noche terminara así, quizá pude haberme ido con alguno de los tipos con los que baile, pero no me nacía coger con ninguno de ellos.
Me desmaquillé, me puse la pijama y daba de vueltas por la cama, cerraba los ojos, pero lo único que veía era a Henry mirándome, pude notar que me desea, la manera en qué olio mi cabello, pero él decidió dejarme, escribirme una carta y no mirar atrás.
Prendí la luz de la mesita de noche, buscaba la carta, pero en el proceso me encontré un vibrador que mis amigas me regalaron, dijeron que ningún hombre es mejor que un buen vibrador. Lo pensé por unos segundos, jamás he usado uno, nunca me vi intentándolo y me daba curiosidad.
Lo tomé en mis manos, busque el botón de encendido, no creo que sea tan difícil. Se movía de manera graciosa, quizás sea verdad que es mejor que cualquier hombre.
Estuve un rato intentando, cerraba los ojos tratando de concentrarme, pero cuando sentía que estaba a punto de correrme, algo pasaba.
—Ok... solo inténtalo un poco más — me terapeaba a mí misma
Me estaba frustrando, necesitaba sacar a Henry de mi cabeza, pero lo único que encontraba cuando intentaba concentrarme, eran sus ojos azules mirándome y mi orgasmo se escapaba por la ventana.
—¡Maldito seas! — grité exasperada
¿Cómo se supone que se arregla esto?
No es una maldita máquina que solo con apagarla y prenderla, queda.
Fue poco lo que pude dormir, me levante temprano decidida a hacer algo para sacar la maldita frustración que me dejo el vibrador.
Me puse ropa deportiva, jamás en mi vida he intentado hacer ejercicio, pero dicen que sirve para que uno este relajado y liberar endorfinas.
Salí casi a las ocho de la mañana, Sandy estaba bajándose de un auto negro, pude notar en el interior al tipo que pago la cuenta. Le dije «hola» con la mano a mi amiga y seguí mi camino.
Me puse los audífonos, tontamente pensaba que si oía música podría dejar de pensar en Henry, pero es como si cada canción hablara de lo triste que estoy.
Mi salvación fue una playlist de Heavy Metal que encontré, las notas altas me ayudaban a olvidarme un poco del desastre que es mi vida.
Después de casi dos horas regresé a la residencia, en tres días entramos a clases, eso deberá ayudar a despejarme. Quiero pintar, quiero reflexionar, enfocarme en ser una pintora famosa, en tener un futuro prometedor y ser todo lo libre que siempre he querido ser.
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HENRY:
Me desperté el viernes con una resaca enorme, hacía mucho que no bebía de esa manera. La luz entraba por la ventana, tape mi cara con la almohada para evitar un dolor de cabeza.
—Creo que, después de todo, no soportas tanto el alcohol — Eileen iba a comenzar a molestar
—Déjame en paz — me quejé
—Ve a bañarte, apestas a alcohol y perfume, aunque esta vez no es barato, cambiaste de gustos — dijo burlona
—Primero dame una pastilla, supongo que es lo único que no falta en esta casa — no pude evitar decirlo
—¡Idiota! — oí que salió de la habitación, poco después escuche la puerta y como arrancaba su auto.
—Genial — resoplé
Me levanté de la cama, fui al botiquín del baño, tal como dije, había pastillas, tome un par y me metí a bañar.
Los recuerdos borrosos de la noche llegan poco a poco a mi memoria, desde que me entere de que sería padre, no tomaba tanto.
Ver a Kathryn con ese vestido tan pegado a su cuerpo, me daban ganas de arrancárselo con los dientes. Como bailaba al compás de la música, su olor, usaba el perfume que le regale, ¿Será que ella piensa tanto en mí, como yo pienso en ella?
Me pongo duro de pensar en ella, en el calor que emana su cuerpo, su centro que se amolda a mí, me recibía dichosa, no le importaba si me corría a chorros sobre ella. Como se movía sobre mí, ese ritmo que marcaba con sus caderas me llevaba al éxtasis.
Es ridículo saber que está ahí afuera, tan a mi alcance y no pueda follarla a mi antojo. Toda ella es adictiva, quiero follarla de todas las maneras posibles, lo necesito.
Pero no puedo dejarme llevar por mis instintos, tengo que superarla, es solo una chica que me encontré por casualidad y no significa nada en mi vida.
Ella solo es una joven de la edad de mi hijo, por Dios, suena mal de solo suponerlo. Si fuera un par de años más joven habría cometido un delito. Todo por no detenerme a enterarme de los detalles básicos, por permitirme pensar con la cabeza que no piensa.
Quizá solo necesito follar decentemente con alguien para olvidarme de ella, hacía mucho tiempo que no tenía intimidad y puede ser que eso me orilló a engancharme con Kathryn.
Término de bañarme con mucha agua fría para calmar la calentura que me da cuando pienso en ella, me visto y vuelvo a acostarme en la cama, muero de sueño.
—Perdón, la señora me pidió que cambiara las sabanas — entra Holly a la habitación
—Si no hay más remedio — me levanté de la cama
Por suerte logré que mi erección bajara o hubiera sido muy incómodo que Holly me viera en esa situación. Salgo de la habitación y voy a mi estudio, ayer no terminé de arreglar mis clases de la siguiente semana.
