Capítulo once

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Barcode soltó un profundo y desolador suspiro tras bajarse del tren y apearse en el nostálgico suelo de la estación de Bangkok, ciudad a la que había vuelto tras muchos años fuera.

Janis cogida de la mano de su padre lo miró todo con mucha emoción pues era su primera vez fuera de China, aunque sabía que había nacido en Phuket, de dónde había sido natural su madre.

Gracias a haber vivido con Ta, el moreno había podido ahorrar gran parte del dinero que Jan había dejado en herencia, sin embargo quería seguir conservándolo pues deseaba que su hija tuviera la oportunidad de ir a la universidad y estudiar lo que quisiera.

Probablemente llegado el momento no podría costearse una carrera si se lo gastaban en banalidades; como una buena casa, ropa cara y buena comida, por lo que tocaba vivir en un lugar económico, con ropa de segunda mano y comida decente, aunque barata.

Barcode fue preguntando hasta encontrar una pensión cercana, a la cual caminaron pues pensaba que era un lujo innecesario el coger un taxi.

Janis no protestó pues sabía perfectamente que su padre hacía lo que podía y bueno con diez años, la niña era feliz tan solo teniendo a este con ella.

El lugar al que llegaron era bastante sencillo pero acogedor, así que se instalaron en una de las habitaciones y a continuación se puso a buscar un empleo en los anuncios de los periódicos pasados, los cuales había encontrado en una pila junto a la máquina de refrescos del pasillo.

Días después, tras conseguir matricular a su hija en un colegio privado cercano que tenía servicio de comedor, cada día este lo dedicó a recorrer la cuidad y buscar un empleo que les permitiera salir de la mediocridad de una vez por todas.

Sin embargo la suerte siguió sin acompañar a Barcode, el cual no consiguió encontrar ese soñado trabajo en el que ganar un buen dinero y que fuera duradero pues en donde no le pagaban lo suficiente para salir de la pensión, eran unos explotadores, haciéndole trabajar muchas horas, sin apenas poder ver a su hija.

Por fin, tras un año en Bangkok, este encontró trabajo como dependiente en una pastelería, de la cual un buen hombre era dueño y entonces pudo respirar aliviado, consiguiendo irse a una pensión mejor, comprarse ropa nueva y comer de todos los alimentos.

Por fin, tras un año en Bangkok, este encontró trabajo como dependiente en una pastelería, de la cual un buen hombre era dueño y entonces pudo respirar aliviado, consiguiendo irse a una pensión mejor, comprarse ropa nueva y comer de todos  los ali...

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Ahí estuvo durante cuatro felices años, sin embargo un día hubo una gran tragedia en el edificio, donde esta estaba ubicada.

Un incendio se desató en uno de los pisos superiores pero al ser antiguo y con estructura de madera, se hizo ceniza en cuestión de minutos.

Tan solo quedó que los dueños luchasen con el seguro y volvieran a reconstruir el edificio y la pastelería pero hasta entonces el moreno se quedó nuevamente sin trabajo.

La vivienda fue otro problema añadido pues al no poder costearse un buen lugar como hasta el momento, estos volvieron a pasarse de pensión en pensión, hasta que finalmente encontraron de nuevo una lo suficientemente barata y acogedora.

16. JeffBarcode: Primer Amor - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora