Capítulo 11

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— ¿Por qué arriesgaría mi vida por ustedes? ¿Ah? —A pesar de que sus palabras buscaban mostrar indiferencia al miedo, el cuerpo de Wang decía lo contrario. Estaba sentado en un rincón de la celda, abrazando sus piernas y evitando ser visto por el alfa dominante.

No quería enfrentarlo, Wang ya tenía el orgullo herido. No necesitaba que lo volvieran a humillar, comprendió lo estúpido que fue la noche anterior en el casino. Su mente insistía en recriminarle por haberse creído más que un alfa de primer rango, que un omega como el supuesto "Tan" escogería sus brazos e insignificante compañía. Cayó en la trampa, debió de prever esta situación cuando no se encontró al castaño en su cama a la mañana siguiente.

Wang quería alzarse, que las rejas de su cela desaparecieran para poder lanzarse contra ese omega mentiroso. Mas no se atrevía, el alfa dominante estaba delante de él. No importaba preguntar si le interesaba el omega, la mirada del dominante guardaba las ansías por la destrucción y no buscaba ser la víctima de ambos.

Wang no cedería. —No voy a ser parte de esto.

—Bueno... Si no quieres arriesgarte, entonces puedes unirte a él —Vegas señaló el cuerpo muerto del infiltrado en uno de sus casinos. Hizo una pausa, su lobo encontraba fascinante que aquel pobre diablo estuviera en sus garras; consciente de que su resistencia solo lo orillaría a ser ferozmente agresivo, que podría desquitarse esas ganas por romperles las manos -mismas que se atrevieron a toquetear a Pete. Esto sin levantar mayor sospecha, "como si le interesara no hacerlo". —. Elige.

Wang tragó saliva, se giró hacia el cuerpo muerto y tembló ante la imagen. Estaba desfigurado, la sangre estaba seca y las moscas volaban sobre él. Aquel extraño se convertiría en polvo, sin recibir sepultura o una oportunidad de ser llorado por su familia. No deseaba ese mismo final, tan trágico y miserable.

Su cobardía decidió, Vegas sonrió de lado.

El dominante se levantó conforme con la disposición del alfa de menor rango, la primera parte de su plan terminó. E internamente tranquilizó el enojo de su lobo con la promesa de que serían ambos los que acabarán con Wang, que serán sus manos las que se aseguraran de que ese infeliz no pueda volver a tocar a Pete. Por lo que se giró, Porsche y el beta de anteojos dejaron de existir en el preciso momento que pudo observar el rostro de Pete. Seguía esa dureza, esa atractiva máscara que portaba para resaltarse sobre los demás. Su corazón no dudaba, había una oscuridad en Pete que deseaba librarse y él, gustoso ayudaría -de no ser por sus estorbosos compañeros.

Los quería lejos de Pete, que se devolvieran a la primera familia de ser posible. Mas, antes de que pudiese inventarse alguna excusa para retener solo al omega dominante, los escuchó reverenciarlo e informarle que se irían a descansar. Lo último que divisó fue a Pete girarse, verlo directamente con ese incesante deseo por nuevamente cruzar sus límites y acabar con la jodida tensión.

Vegas gruñó, tendría que cazar a Pete y terminar lo que empezaron.

—Pete. —Porsche llamó a su amigo, se dijo a sí mismo que callaría lo que vio en las bóvedas, que confiaría en la sensatez del omega dominante. Mas su preocupación lo rebasaba, sabía de cómo Kinn castigaba la traición y consideraba que enredarse con Vegas sería tratada como tal. —. Una vez me dijiste que no hay héroes ni villanos en este mundo, ¿lo recuerdas?

El omega asintió con una sonrisa a medias en el rostro, una que fue desapareciendo a medida que leía los mensajes de Khun Kinn. No leía al heredero de la primera familia complacido con su trabajo, requería de más detalles sobre el comportamiento de Khun Vegas al igual que un nuevo registro de su casa. Lo último le hizo fruncir el ceño, confundido por estos cambios en sus obligaciones.

Choose us, Pete! [VEGASPETE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora