The Blondies

Tweek es un mentiroso

"Craig adentró sus dedos ya lubricados dentro de Tweek, así besándole para que no se sintiera incómodo, ya que, al fin y al cabo, se encontraban en un lugar público, la noria.

Cuando el rubio ya estaba preparado se le sentó encima, así apoyado en la erección de Craig y haciéndole gemir de satisfacción, el azabache le agarró de las caderas y le ayudó a moverse de un lado al..."

No podía dejar de leer, no por excitación, sino por miedo.

Alguien sabía todo y no sabía quien.

Aún tenía la esperanza de que ese alguien que dibujaba tan bien y escribía igual fuera mi mismo rubio, pero le conocía lo suficiente como para saber que tenía el suficiente miedo de ser rechazado ante esos ¿hobbies? Aún que por otro lado, esto era South Park, todo lo raro y sobre todo erótico, llamaba la atención.

- ¿qué mierda es esta?- le pregunté un tanto molesto.

- Ayer apareció y no se fue.- rió la rubia.

- ¿quien lo ha hecho?

Ella solo levantó las manos en señal de saber lo mismo que yo.

Me levanté y fui directamente a Tweek, pero ella me paró.

- ¿estás loco? Se pondría histérico.

- ¿y que se supone que haga?

- Descubre quien fue, pero al margen del...- hizo comillas.- "los norcoreanos nos van a matar".

Nos volvimos a sentar, así viendo cómo Eric Cartman y Kyle Broflovsi entraban ensangrentados y adoloridos.

Se pusieron frente a nosotros, unas filas delante.

- ¡Menéalo, Baby!- gritó Bebe.

Kyle solo le miró y se asustó.

- Me tienes que estar jodiendo...- le oímos susurrar.

- Controla a tu novia Tucker.- oímos decir a Cartman, aún que hizo un acento raro en "novia", probablemente él ya había visto todo.

Nosotros dos nos miramos y ella rápido me dio un beso en la mejilla y me rodeó con su brazo.

- Controla tú a tu novio Cartman.

- Que te follen un rato.- se volvió a girar y se puso en posición para dormir.

★★★★★

Pasaron las horas y según cada castigo todos se iban yendo, Tweek y yo al haber tenido relaciones sexuales nos teníamos que quedar todas las 6 horas.

Faltaban pocos minutos para que Bebe y Clyde, quienes tenían la misma penalización, se fueran.

- Vamos...- miró el reloj esperando a que sonara. No tardó ni unos segundos en sonar, así que Bebe se levantó como si le hubieran perdonado la vida.- ¡a la mierda química, Clyde, nos vamos!- tiró los libros de esa materia al suelo.

- ¿sabes que ahora nos toca química, no?- preguntó Clyde riendo y ella solo le rodeó con el brazo.

- ¿y quien ha dicho que vamos a clase? Me apetece un helado.

- Por mi genial.

La verdad es que envidiaba esa amistad, desde que Clyde se enteró que yo "salía" con la chica de la cual él había estado enamorado años se enfadó tanto conmigo que me dejó de hablar, por suerte se le pasó el odio y aprendió a dejar de amarla, así fijándose en otras chicas y volviéndome a hablar, aún así, yo sé que sigue sintiendo algo por ella, por poco que sea, ese brillo en sus ojos siempre está cuando la ve.