Volví al coche mientras oía los gritos de Damien, al sentarme me dejé caer sobre el volante y lloré, apreté mi puño con la misma mano con la que le tapé la boca a Pip y me clavé las uñas hasta notar la sangre.
Aún no creía que yo había hecho eso. Me pasé tanto tiempo en contra, y de repente, Cartman llegó un día y...
Ugh, me odio.
- ¿lo has hecho?- la voz medio dormida de Stan en la parte de atrás me sacó de mis pensamientos, no dije nada.- ¿lo has hecho, cierto?- rió.
- No sé que es lo que encuentras gracioso.
- Encuentro gracioso el hecho de que...- se aclaró la garganta y se sentó en el asiento del medio para acercar su cara a mi asiento y mirar mi perfil desde cerca.- estás en contra hasta que alguien te dice que te quiere... eres así de manipulable.
- No soy manipulable.- encendí el coche.
- ¿no? ¿Entonces como es que odiabas todo esto hasta que Cartman apareció en tu casa y te besó? ¿Como es que, después de que ya no seas virgen, aceptaste hacer esto? ¿Es para demostrar algo? ¿Ahora que te quiere a cuatro quieres demostrar que estás a su nivel?
- ¡CÁLLATE!- grité con furia y pisé el acelerador, el coche salió disparado por la carretera y conducía a 100 en una de 40.
- Ey... tampoco nos mates, creo que ya han habido muchas muertes por hoy, y el siguiente es Tweek.
Frené el coche de una y escuché a Stan quejarse de que le dolía la cabeza, que no le diera esos golpes, pero yo solo me giré a mirarle.
- ¿que has dicho?
- Que me duele la cabeza.
- ¡ANTES DE ESO!- en mi rostro se podía ver la preocupación.- ¡¿YA VAMOS POR TWEEK?! ÉL ERA EL ÚLTIMO.
- Lo sé, felicidades, estamos en la recta final.- hizo un pequeño baile de victoria y se volvió a sentar bien.
Me giré a mirar la carretera de nuevo, pensé en todo lo que habíamos hecho y el arrepentimiento corría por mis venas como si de una carrera se tratase.
- Sal del coche.- fue lo único que pude susurrar.- sal... del coche...
- Y una mierda, tengo jaqueca.
Apoyé mi frente en el volante y suspiré hondo, las lagrimas se dispararon en mi.
- Sal... del maldito... ¡COCHE!
- Vale... Pero solo por que ya veo como vas a tener un accidente.- rió y salió.
Mientras se iba le escuché murmurar un "¿donde mierda estoy?" Pero no me importó, me dirigí a casa de Cartman, tendríamos una pequeña charla.
☆☆☆☆
Al llegar su madre abrió la puerta y me dejó subir a la habitación de su hijo.
Al entrar me lo encontré llamando a gente.
- ¿qué haces?- pregunté y él colgó.
- Entrevistas, me he dado cuenta de que si no hay putas no hay club así que contrato a gente.- me sonrió.- ¿ya lo has hecho?- se dirigió a una carpeta donde tenía nombres apuntados y yo asentí, tachó un nombre.- genial, tenemos que prepararnos para mañana, recuerda, en el bosque a las ocho, yo traeré al perro y t-...
- No.
Me miró perplejo ante mi fría interrupción, dejó la libreta en su escritorio y se acercó a mi.
- ¿a qué te refieres con "no"?- preguntó serio.
- No voy a hacerlo, esto ha sido horrible, no lo quiero repetir.- miré mi mano con las marcas de uñas y sangre.- me siento horrible.- comencé a llorar.
Lloré todo lo que me había guardado en me camino en coche y para mi sorpresa Cartman me acarició la mejilla y relajó su tono de voz.
- No llores... has hecho lo que tenías que hacer, me has obedecido, como debía ser, y ahora tendrás tu premio.
Ya no recordaba el premio, sexo.
Propuso la idea mientras los dos bromeábamos y reíamos, para ese entonces no me precio mala, pero ahora no tenía ni una pizca de ganas.
Él comenzó a besarme la mejilla, no sentí repudia, aún había una parte de mi que quería que lo hiciera, pero esa parte era muy pequeña, mi otra parte quería parar, por no hablar de lo mucho que estaba llorando.
Cartman me agarró en brazos y me llevó a la cama, noté lo fácil que se le hizo, ahora estaba más delgado. Lo decidió así cuando supo que sus actos tenían consecuencias y que mejor cambiar su imagen para que no lo reconozcan tan fácilmente. Estaba incluso más atractivo ,pero no pude fijarme en eso.
- Ahora no...- murmuré como pude y traté de levantarme pero los besos no paraban, llegaban al cuello, dejándome marcas ahí.- Eric... no...
No sé cómo fui tan ingenuo de pensar que con decirle "no" él pararía, sabía que yo no era su debilidad, que él no tenía ninguna, era solo un asesino a sangre fría manipulador que me utilizaba a su antojo desde que descubrió que yo estaba mínimamente interesado en él. Comienzo a pensar que se obligó a que yo le gustase solo para tener alguna oportunidad de follarse a alguien... pero mejor no pienso en ello.
- No finjas que no quieres y abre las piernas para mi.- parecía un dictador entre mis piernas y no pude evitar hacerle caso, aún así murmuré.
- Al final todo para nada...
Paró por un segundo y me miró.
- ¿qué?
- Has matado a Kenny... Butters... Bebe y Philip por que no eres capaz de aceptarte a ti mismo... pero ahora estamos aquí, tratas de follarme, ya lo has hecho antes... no soy idiota, buscas ser la víctima en la historia de alguien más, el "si yo no puedo serlo nadie lo será" solo era una excusa para matar sin sentirte culpable... por que seamos sinceros... todo esto te encanta...
Agarró mi mandíbula y me hizo mirarle a esos ojos enfadados.
- No, Kyle... tu le pegaste un tiro a Kenny... tu configuraste la canción en la radio... tú contrataste a ese hombre para Bebe y tú colgaste a Pip... al igual que tú soltarás al perro salvaje para que le desgarre la cara a Tweek y lo matarás a puñetazos cuando veas que no se puede mover...
- No lo haré.
- ¡NO ERA UNA PREGUNTA!- me abofeteó, pero no me importó, ya sabía lo que venía a continuación, escuchaba como se quitaba el cinturón, pero simplemente... no importó.

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The Blondies
Hayran KurguMe veo en la obligación de advertir al lector que esta historia puede ser demasiado cruda y fría como para leerla de una sentada. Confío en los límites de cada lector y espero que la pueda disfrutar y apreciar tanto como yo lo hago. Esta historia...