You bastards!

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Mi turno acababa de acabar, era de noche y hacía un frío que si él no me hubiera dejado su abrigo probablemente yo tendría hipotermia.

- ¿nunca has pensado en cómo la vida puede esfumarse en un suspiro?- pregunté fumando lo que tal vez era un poco demasiado de marihuana.

- Pero que dices ahora, Bebe.- Clyde... quien no había probado sustancia para poder llevarme a casa, rió.

- Lo digo en serio, estaba pensando en Tweek y Craig.

- ¿Tweek y Craig?

- Si, son pareja.

- ¡¿PAREJA?!- se levantó del suelo.

- Sep, yo no estoy con Craig, por dios.- me levanté.- ni de coña estaría con Craig.

- ¿entonces...?- pude notar su nerviosismo.

- Oh, no, Clyde, aún así tengo pareja.- le acaricié la mejilla.

Me sonrió con tristeza, pude ver una lágrima caer de él y como se volvía a tirar al suelo.

- Clyde.

- Está bien.

- Te quiero.

- Para, está bien.

- Te quiero mucho Clyde.

- Te he dicho que pares Bebe, está bien...- su tono no decía lo mismo, me senté a su lado.- ¿quien es el afortunado?

- La afortunada es Wendy...

Silencio.

- Creía que estaba con Stan.

- Pues ya ves que no.

- Bueno, ¿que me querías decir de Tweek y Craig?- parecía que el tema no le importaba, pero aún así quiso escuchar lo que tenía que decir.

- El otro día me puse a hablar con Kyle y por lo visto Cartman quiere jodernos la vida a los que trabajamos para él, quiere que el último en caer sea Tweek.

- ¿caer a donde?

Nos miramos por unos segundos.

- La muerte.

- ¿va a...?

- Creo que espera que otra persona lo haga por él, no lo sé, Kyle tampoco me contó mucho... yo solo espero que todo salga bien, que todos vivamos, al menos hasta encontrar a alguien que nos saque de aquí.- mi voz quebró.

- ¿no podéis simplemente iros?- me acarició la espalda.

Yo negué con la cabeza y reí.

- El contrato que firmamos pone "permanente sin opción a renuncia" poniendo la vista atrás debimos haberlo leído.- una lagrima rodó por mi mejilla.

- ¿eso es legal?

- ¿acaso crees que a Cartman le importa si es legal o no? Él solo busca venganza y no sabe ni de qué.

Entonces una llamada sonó, al agarrar mi teléfono era Butters.

Lloraba desconsoladamente, le puse en altavoz.

- Respira cariño, cuenta lo que pasa.

- ¡HAN MATADO A KENNY!

En ese momento se me bajó totalmente la presión y casi caigo al suelo, no pude articular palabra así que Clyde agarró el teléfono mientras con su otro brazo trataba de mantenerme de pie.

- ¿donde estáis?

- En su casa...

- ¿que ha pasado?

- He llegado y... y.... ¡AHHHH!- un grito desgarrador salió de él.- todo el suelo está lleno de sangre le han disparado en la cabeza.

- Trata de mantenerte calmado, vamos para allá.- colgó.- vale... Bebe... ¡BEBE!

Me desmayé.

Al despertar estábamos en el hospital.

Butters a mi lado, empapado de sangre, Clyde y Token hablaban con las enfermeras, también manchados.

Craig y Tweek sentados frente a mi.

- Buenos días.- habló Craig y se sentó a mi otro lado, apoyé mi cabeza en su hombro.- ¿como te encuentras?

- ¿qué ha pasado?

- Kenny ha muerto por un disparo en la cabeza.- le miré, vi sus ojos hinchados.- lo reportaron muerto hace una hora.

Miré a Butters, quien se había hecho bolita y estaba tapado entre los abrigos, al que más se agarraba era el naranja característico de Kenny, en un asiento del hospital, llorando en silencio.

- Creo que voy a ir con él.- dijo Tweek y se sentó a su lado, rápidamente vi como Butters se abalanzaba a él en un abrazo.

- ¿donde están Pip y Damien?- pregunté.

- No han podido venir, dicen que están con un cliente y que no les dejan salir de la casa hasta que acaben las cuatro horas.

- ¿Y de eso hace...?

- Tres horas.

- Tres horas...- repetí.

- Eh, has despertado.- vino Clyde hacia mi con dos vasos de café, le dio uno a Tweek y luego otro a mi.- ¿como te encuentras?- me susurró arrodillándose frente a mi y acariciándome la mejilla.

- Mejor, gracias.- tomé del café.

- Veo que vuestra amiga está mejor.- habló un médico, quien con un artefacto me miró la presión.- Ya estás mejor...

Estuvo a punto de irse, pero se giró de nuevo.

- Por favor, tenéis que iros... vuestro amigo no va a salir por la puerta a deciros que está bien, lo siento, pero ya sabéis que ha fallecido.- habló con tono tranquilo, como si quien estuviera hablando fuera con bombas a punto de explotar.

Tampoco se alejaba mucho de la realidad.

Para este punto Butters ya no lloraba, gritaba, sus gritos se escuchaban por todo el hospital, desgarradores gritos que nos hacían sacar lágrimas.

Nos levantamos y entre uno que otro forcejeo entre Tweek y Butters, al final logramos que se levantara.

The Blondies Donde viven las historias. Descúbrelo ahora