Antología de un sueño perpetuo

Al único íntimo ultimo

Quiero decirte que tengo que dejar de exigirte todo lo que quiero porque si he tenido lo que no quiero es porque así lo quisiste pero si ya me diste para que voy a andar pidiendo.
Agradecido quiero porque quiero agradecido decirte que agua tuve y alimento y el cariño en mis adentros de los seres más sensibles, mejor que nadie sabes cuánto pesa el sentimiento si a tu semejanza me hiciste sabes que es sentirse perdido en el viento, casi mirándote, casi sintiéndote.
Descontento aunque merecido he estado percibiendo tu falta en mi, en mi que solo soy yo y que te he olvidado como se olvida el lamento cuando la gran alegría es duradera pero quién goza de habitar en la tierra sabe que todo es por ti. Al llorar tuve que ser precavido en quejarme porque es tu misma lágrima y el dolor es compartido, y el dolor es dividido, y es tan inmenso tu amor que no comprendí.
Amar es perderse ya todos sabemos hay que dejarse llevar ser inocente e ingenuo y aveces protestar ya sabemos que tales injusticias vienen a las sospechas, y que todos tenemos preguntas y algunos tienen respuestas pero pocos se callan a escucharte en la nada y darse cuenta que es lo mismo herida abierta a herida cerrada porque tú el alma feliz la contemplas cuando se entrega a tu eternidad basta.
Todos creen que el mal aplastas y cuánto rozas la caricia que envenena y vuelves dulce el agua salada, y la putrefacción perpetua la sanas. Nunca hay ausencia de alimento en tus arcas abundantes y en tus desiertos no hay hombre que este sediento. Puede ser que la inexistencia sea tu carne y ni aun en tus abismos abandonaste al  más rebelde de tus hijos, y al más desprolijo no lo adornastes sino que lo adoraste con los mismos ojos perfectos, divinos.
Y somos danza, y somos canto, y somos poesía porque pintamos con alegría la situación más vana por tu gracia, y somos el día que tú nos pintastes, y ninguno debe enaltecerse por crear o por hacer o por destruir porque es en el porque es por el.
Y seguro te agota tanto fingir también te arrodilas a pedir cuando tus yugos no se quitan el velo en ninguna de mis desvelos ha sido castigo el sufrir y siempre será mejor morir que entorpecer la gloriosa autenticidad de las bellas y mortales mentiras.