Capítulo VIII: Una gran amiga.

0 0 0
                                    

Libre de compromiso nuevamente, Nahuel sintió que era momento de darse alguna chance con Ximena, la hermana de Sebastián. Después de ese fugaz pero apasionado encuentro todo se mantuvo demasiado calmado. Incluso en varias ocasiones él se hacía negar. Pero era sumamente comprensible. Se trataba de una chica cuatro años más grande que él y hasta el momento había sostenido una mentira que pronto llegaría a su final. Quedaron en encontrase en un lugar neutral, la voz de Ximena al tubo mostraba seriedad, así que era mejor comportarse como un adulto que no era.

Un concurrido local de comidas rápidas, no tenía las mejores experiencias en lugares como este. Pero ya era tarde para cambiar de sitio, Ximena se sentó frente a él que llevaba unos minutos esperando. —Hola.— repitieron el saludo, sin embargo, antes de que pudieran continuar con la conversación una empleada del lugar se acercó a ellos.

—¿Van a ordenar algo?— cuestionó.

Nahuel se sintió sumamente incómodo no tenía dinero para invitar nada. —No es...— fue interrumpido por Ximena.

—Dos cafés, por favor.— la mirada que le arrojó lo enmudeció. Cuando la camarera se retiró, Ximena se enfocó en el nuevamente. —Entiendo que te comportes así, pero estamos en un lugar de consumo, corre por mi parte yo invito.— la cordialidad que ella le mostraba lo incomodaba.

—Está bien, la próxima vez yo invito.— aseguró él.

—¿Y habrá próxima vez?— una pregunta directa que no llegó a contestar. —Evitas mis llamadas, evitas a mi hermano. Todo parece indicar que a pesar de nuestro furtivo encuentro no quieres tener nada que ver conmigo.— él negó con la cabeza sin contestar. —Ya sé qué edad tienes, al menos esperaba que te comportaras un poco más infantil. Pero hasta el momento lo más inmaduro que has hecho fue mentirme al respecto de ello. Sebas, me lo dijo todo.—

Supo que la mentira no podía mantenerse mucho más. Tampoco culpó a Sebastián por decirle la verdad, aunque él le hubiera pedido mantenerla. —Está bien, te debo una disculpa por la mentira y otra por mis evasivas.— Nahuel se sinceró. —Pero también tienes que entender lo frustrante que podría haber sido para mí tratar de mantenerme a tu altura.— lo suficientemente claro. Para él, Ximena, era un proyecto inalcanzable. De no haber sido por la mentira que inocentemente mantuvo, jamás habría tenido oportunidad con una mujer como Ximena. Estaba lejos de su alcance, incluso teniendo la misma edad que ella, era poco probable que Ximena se fijara en él.

—Eres un tonto si piensas así. Pero claramente tiene que ver con la edad que tienes.— agregó ella. —Me importa poco ser mayor que tú. La sinceridad es algo que valoro más. Y sigo viéndote de la misma manera de cuando cruzaste la puerta de mi casa.—

Fue allí cuando terminó de entender todo. Ximena le estaba proponiendo algo que para él era inalcanzable. —¿Sugieres que a pesar de todo estemos juntos?— la pregunta fue torpe e inocente. Ximena simplemente asintió con la cabeza.

Esto era algo que a él mismo le costaba creer, estar en una relación así sería algo soñado. Cualquier chico de su edad le vería como un ejemplo a seguir, lo que subiría rápidamente su ego a lo más alto de la cadena narcisista. Ver a Ximena tan enamorada de él, le resultaba difícil de creer y ahora estando de novios realmente pasaría por una de sus mejores experiencias de pareja. Aunque Nahuel muchas veces se preguntó si el sentimiento era recíproco. Y si él se lo preguntaba, entonces no cabía duda de que ella también. Tocar un tema así era delicado, así que optó por dejar que la corriente y la rutina hicieran lo suyo.

Lejos de alardear su relación con una mujer más grande, Nahuel decidió mantenerlo para su círculo más íntimo. Sólo le bastaba con que lo supieran Omar, Hernán y su familia. El resto le daba igual. Su festejo de cumpleaños número catorce estaría invadido de buenos deseos y un ambiente bastante confortable. Para Nahuel que apenas llegaba a casi década y media, esto le resultaba extraño. En el pasado había quedado la figura de María, entonces pensó en ese preciso instante que la decisión de alejarse de ella fue la correcta. De otra manera, jamás se habría dado el tiempo y el gusto de llevar a cabo esta relación.

Sentimientos PasajerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora