El destino es egoísta

37-Isla

Cojo el móvil tras dejar un mensaje a Reggie, sé que se volvera loca en cuanto lo reciba. Últimamente me hace falta su compañía como cuando nos sentábamos a ver una serie o película ya fuese una romántica «Quiero robarme a la novia» o alguna de terror. Preparábamos ese té que mamá me enseñó hacer mientras ella leía un libro. Se dibujo una sonrisa en mi cara. Recuerdo: aquella vez que la descubrí leyendo la trilogía de «50 sombras» no dejaba de reír sin parar. Me tiro un cojín mientras yo me apretaba la tripa, con ella era diferente, diferente a mi hermana. Ha ella nunca le gustó compartir nada conmigo porque; yo era un desastre (aunque lo sigo siendo) se limitaba a cruzarse conmigo. Es la consentida de papá, eso debía molestarme de algún modo retorcido si, y en otro no. Y no lo culpo ¿Quién en todos sus sentidos quería a alguien como yo? Nadie —responde la voz en mi cabeza— quisiera callarla de una vez por todas.

Extraño a Kai, su carácter que siempre lo a hecho diferente, él único que me decía hermosa, sus palabras y consejos siempre fueron sinceros. Siempre, él siempre ha estado cuando me sentía caer. Se compraba dos botes de helado chocolate y nos sentábamos al estilo indio, mirábamos revistas tras revista solo para estar a la moda. Él y Audrey nunca se llevaron bien porque: según él, ella tan perfecta y correcta a la hora de hablar, superficial, tenemos pocas cosas en común y aun así es mi mejor amiga. Yo un caos total, constantes subidas y bajadas. Días que no yo sabia en como estaría al siguiente y al siguiente, solo por un impulso que mi padre me pidió controlar para que no echase a la familia a una situación donde todo el mundo se enterase.

Un par de horas tras estar revisando a cada momento el móvil por fin responde.

Reggie, mi favorita.

¡Hey desaparecida! Hasta que te acuerdas de tu prima favorita.

Me hace sentir nostalgia.

Isla, un caos.

No tan desaparecida como me gustaría.

Reggie, mi favorita.

A mí me gustaría que no estuvieses desaparecida. Te extraño.

Isla, un caos.

No hablemos de eso. ¿Cómo te va últimamente?.

Tarda en responder y supongo que por la diferencía de horario, creo que aquí es casí cinco horas adelantadas ppr lo que aquí ya casi esta amaneciendo.

Reggie, mi favorita.

Bien, sí bien. He conocido a alguien pero antes de salir con él quería decirtelo y no había podido, esperaba que fueses tú la que llamase.

Isla, un caos.

¡En serio! Eso es bueno. Ya. Pero no necesitas mi aprobación eres libre de eliger a quien amar y pues como que yo no buena en las relaciones ya sabes que no soy.
También quería contarte algo: ¿recuerdas cuando dije que no me volveria a enamorar? Fallé a esa promesa.

Reggie, mi favorita.

Aún así quería que me dieses tú aprobación. Eres genial solo que aún no te has dado cuenta, cualquier chico estaría encantado de salir contigo.
Sí recuerdo, fue cuando enterraste eso en el patio trasero y te tomaste casí toda la botella de «Whisky» tú sola. Y lo repetiste en ese bar donde conociste a Kai y golpeaste a la mesera porque te recordó a Kenny.

Reggie, tenía razón no lo prometí una vez sino varias y no sirvió de nada ya que no lo cumplí. Esa noche todo me daba vueltas y solo necesitaba desquitarme con algo, con alguien y esa chica era muy parecida a...

Isla, un caos.

Tú, eres la única que puede decidir si salir con alguien (siempre y cuando te trate bien)
Si ese día. Y es que me la recordó, en mi defensa estaba muy ebria.
Y... ¿sabes algo de Kai?

Reggie. Mi favorita.

Ebria y todo pero si que pegas duro. Pensé que le habías partido la nariz. Joder creí que te llevarían presa. ¿Te lo imaginas? El tío hubiese puesto el grito en el cielo.
Kai esta en una relación ahora. Me tomo por sorpresa pero ya la he asimilado. ¿Por qué antes me preguntaste si recordaba tu promesa?

Isla, un caos.

Mierda... ¿No puedo creerlo? No me pasó por la mente que estuviese en una relación.
Ya me imagino al señor Hudson yendo a ver a su hija a la prisión. Sería, lo único que faltase.
Bueno, la pregunta, es caótico pero lo he hecho «me enamoré» de nuevo.

Estuvimos un poco más escribiéndonos hasta que me dijo que saldría con Theodore un compañero de la facultad, le ha pedido una cita. Fui a la cocina a  preparar café. Llevo días sin poder dormir y lo único con lo que me siento segura al estar sola es con una taza de café o té. Hace que sienta más cerca a mamá; cuando no podía dormir me preparaba ese maravilloso té, que tiempo después me enseño a hacerlo, para cuando me fui a vivir sola. Me visitaba cada lunes por la tarde cuando ya había regresado a casa, cocinaba esas patatas que tanto adoro mientras ponía música esa banda favorita de ella «Maná» según ella esas eran las mejores canciones que había escuchado en su vida. Las únicas que han llamado mi atención fue: Mariposa traicionera. El puerto de san Blas y Pompas de jabón. Esas marcaron una época, mi época más estúpida de toda mi puta vida.

«Todo se revienta como pompas de jabón…» cuanta razón tiene, mucha… mi vida es tan frágil como una pompa que ha salido del jabón sin querer. Y con solo tocar el suelo se revienta. Tan fácil. Tan triste.

Pensar que un momento estás feliz y al otro ya no puedes sonreír como antes y aunque te esfuerces crees que ya no lo volverás hacer, y la luz del día se abra acabado, tan solo la oscuridad permanecerá a tu lado. Entre tinieblas buscando la claridad que ya no existe… que se apagó cuando cometiste esos errores. «¡Esa no es la hija que yo hubiese querido.!» estoy segura que aún puedo escuchar a papá decir eso. Mientras yo me hacia un ovillo en la tina de baño tapándome los oídos. Al día siguiente hacían como si nada hubiese pasado, como si nunca hubiese dicho esas palabras. Que marcaron mi vida. Para siempre…