22 - Forest

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El cielo oscuro anuncia que ya se a acabado el día.


Se queda sola parada en el puente. No puedo explicar lo que está pasando. Camina para irse sin voltear atrás, puede que ya no la vea parada a mi lado todas las noches cuándo salemos del hotel, no tiene por que dolerme. Cierro los ojos y suspiro.


Ya no quiero buscar respuestas por que ya sé lo que es todo esto.


Me tropiezo con la misma roca con la que ella lo hizo la cojo en mi mano y la dejo caer lentamente. Su simpatía es más que hermosa, me hace saber lo que debo sentir. Al igual que la roca me siento caer a un vacío dónde nadie podrá sacarme de ahí.



Hace tiempo sentí que todo dentro de mí había muerto estaba listo para eso, me sentía incapaz de seguir cargando un peso en mí espalda. Para mí el mundo era sin color, lleno de gente que prefieren lo mejor sin saber que es lo peor. Y todo lo que me rodeaba no tenía sentido, es vacío y más vacío en el que únicamente estoy yo con los ojos cerrados examinando todas las respuestas que buscaba. Haber perdido la razón es lo más importante ¿Por qué debía seguir sin una razón al cual apoyarme? ¿Sólo me quedaría ahí viendo como todo terminaba en un segundo? Antes estaba bien así, ahora no sé.


Y me obligo a pensar que fue lo mejor, decepcionarla y que así pueda aceptar que no todos somos como ella: ve que el mundo de color rosa y que todos se quieren, no existe el dolor y solo un cinco porciento de personas lo sufren, la realidad es que la mayoría lo hace pero nadie se da cuenta de eso.


Me detengo en el pasillo que da a la oficina de Grey sin saber lo que hago me doy la vuelta y regreso a la recepción, Sara me mira como si tuviese algo en la cara.


—Necesito un favor. Forest.


—¿Cuál?


—Voy a salir del pueblo y me llevo a Isla conmigo así que dile a Jean que hoy no viene a trabajar. Gracias —sale antes de que pueda replicar.

El destino es egoísta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora