-Pase señor-oí a una de las asistentes decirle a alguien en la puerta del estudio.
Quité mi atención del maniquí con el traje ya prácticamente listo y volteé encontrándome con mi padre-. Hola papá, ¿Qué haces aquí?
Mi padre abrió sus brazos hacia mi-. ¿Acaso no puedo visitar a mi hija favorita?
-Es la única que tienes-respondí devolviéndole el abrazo.
-Oh... ¿Para quién es eso?-señaló el impecable traje.
-Para un cliente que tengo desde siempre-respondí un poco tajante mientras recargaba una de mis manos sobre el escritorio
La relación con mi padre siempre había sido buena, pero nunca habíamos sido los más cercanos.
Él siempre estaba trabajando u ocupado con eso por lo que forjar una relación estrecha había sido algo que no había ocurrido durante mi vida.
Amaba a mi padre y siempre había estado agradecida de todo lo que había hecho por mi, pero nunca le había interesado demasiado lo que hacía en mi día a día, mucho menos lo que hacía en mi trabajo.
Por eso mi reacción en cuanto se apareció en mi estudio para "visitarme". Siempre había un trasfondo.
-Quería saber cómo has estado estos días, si pudiste adaptarte bien y si todo va en orden-sonrió mientras tomaba una hoja con un diseño.
Tomé rápidamente la hoja quitándola de sus manos-. Papá, no causes desorden por favor. Y si, esta todo más que bien. Gracias por preocuparte-sonreí sin intentar sonar demasiado grosera.
Mi padre tomó asiento en uno de los pequeños sofás y observó todo su alrededor-. ¿Qué estuviste haciendo estos días?
Fruncí mis cejas un tano confundida con su pregunta-. ¿Trabajar?
Mi padre asintió no muy convencido con mi respuesta-. ¿Y nada mas?
Crucé mis brazos frente a mi pecho y ladeé mis caderas-. ¿Qué quieres papá?
Mi padre soltó un suspiro y rascó su nuca-. Solo vengo a asegurarme que estes bien Constantine. Sé que regresar aquí implica muchas cosas y muchas tentaciones...
Ladeé mi cabeza aún sin entender muy bien a donde iba-. Aún hago terapia papá estoy muy contenida, ¿A qué te refieres con tentaciones?
-Ya sabes hija...intentar averiguar cosas del pasado-
Tragué saliva y ahí comprendí todo. Mi padre había venido para asegurarse que no me acercara a personas de mi pasado, y con personas me refería a Charles.
Mi padre todos estos años se había encargado de hacerme saber de lo afectado psicológicamente que estaba Charles y de la buena decisión que había tomado en alejarme y construir mi vida en Milán.
Si bien él lo había ayudado, pero no quería que supiera algo de él o esté cerca de él.
-No te preocupes papá que no intentaré averiguar nada-mentí.
Mi papá asintió-. Es abrir una puerta que ya estaba cerrada. Quizás puedas conocer a alguien bueno para ti aquí. Y formar una buena vida.
La idea de formar una vida con otra persona me retorcía el estómago. Ni se me había cruzado por la cabeza todos estos años y no era la primera vez que mi padre insistía con ese tema.
Sentía como que él intentaba que supere mi pasado reemplazándolo con otra persona y eso no iba a pasar.
-Papá, tengo 28 años, no necesito que me digas que hacer con mi vida-ya comenzaba a fastidiarme-. Si me disculpas, tengo que seguir trabajando.
Mi padre se levantó del sofá-. No es mi intención molestarte Constantine, solo quería decirte eso.
Se acercó y depositó un beso en mi frente antes de retirarse del lugar.
Regresé a mi trabajo intentando concentrarme y comencé a fastidiarme mientras recordaba las palabras de mi padre una y otra vez. Mordí mi labio inferior lo suficiente para comenzar a sentir ese sabor metálico y sabía que me había herido.
-Pueden envolver esto-ordené refiriéndome al traje-. Kim ¿a que dirección hay que enviarlo?
-Calle 408, esquina Hiwest-respondió de inmediato-. Le diré a Paul que lo lleve.
-No no-detuve de repente-. Yo se lo llevaré a Mr. Perceval. Espero poder conocerlo...-
-Mierda, maldición, mierda, maldición, mierda, maldición-repetía para mi misma mientras me adentraba en uno de los edificios Golbertt con la caja entre mis manos.
Cada paso que daba era una afirmación a lo que estaba pensando, pero algo dentro de mi se negaba a confirmarlo.
-Hola buenas tardes, vengo a traerle este pedido al Sr. Perceval-saludé a la recepcionista y le dediqué una falsa sonrisa mientras continuaba maldiciendo dentro de mi.
-Si, ¿de parte de quién?-cuestionó la recepconista.
-Diseños Beckett-respondí.
Aquel edificio pertenecía a la empresa Leclerc y era la dirección a la que me habían pedido que enviara el traje.
Parecía un rompecabezas que comenzaba a encajar pero en el fondo no quería seguir armándolo.
Todo mi cuerpo estaba eléctrico ante la ansiedad que me generaba estar allí. Observé hacia todos lados con la esperanza de cruzármelo en algún momento pero aquel lugar estaba lleno de personas yendo a sus respectivas oficinas o trabajando.
-Noveno piso, allí la estarán esperando-
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BRUTAL REVELACIÓN!
¿Se lo imaginaban? Pero todavía hay dudas! No se pierdan los próximos capítulos! ✨
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A pesar de todo |CHARLES LECLERC|
RomanceSECUELA DE: PARA AMARTE A TI A veces, creo que pienso demasiado Y comienzo a sentir ansiedad Hubo momentos en que ni siquiera podía respirar Pero nunca me abandonaste Intenté alejarte de mí Te mostré la puerta y me adoraste de todos modos Cuando...