CAPITULO 27: Demasiado

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POV CHARLES

Arrojé el ramo de flores a la basura y volteé con furia dispuesto a irme. Presioné mis ojos y sentí una puntada en mi cabeza.
Prefería un balazo antes que esto.

Cada centímetro de mi cuerpo comenzaba a doler luego de haber visto esa imagen, estaba completamente roto, aquello me había terminado de destrozar lo poco que quedaba de mi, si es que algo quedaba.

Creí por un momento que ella realmente terminaría eligiéndome a mi, a pesar de todas las mierdas que arrastro pero evidentemente había sido un idiota en creer eso.
No tenía ni una mínima chance en ser el protagonista de ésta historia, no en la vida de Constantine.
Sólo en las películas podríamos acabar juntos, en un mundo ideal en el que mi vida no era tan mierda.

No podía estar con alguien como ella teniendo la vida que tengo.

Ingresé en mi auto y me quedé allí sentado por unos segundos.
La ansiedad comenzó a atacarme y la respiración comenzó a fallarme. Llevé una de mis manos hacia mi pecho y rápidamente busqué en la guantera las pastillas para la ansiedad.

Sin dudarlo llevé una hacia mi boca y me relajé en el asiento del piloto. Sentí mi cuello algo sudado, necesitaba bañarme y despejarme.

Comencé a reír con incredulidad, de verdad creía que ella se quedaría. Nadie en su sano juicio elegiría estar con alguien como yo, miles de veces intenté alejarla, miles de veces le cerré las puertas, miles de veces intenté asustarla y ella seguía allí. ¿Hasta cuando creía que ella iba a soportar esto? Era inhumano.

Pierre era el único que podía darle paz, tranquilidad y una vida normal. Conmigo jamás podría tener una vida normal, no así.

Al llegar a mi apartamento, Senna me recibió emocionado y acaricié su cabeza con suavidad. Al reincorporarme, noté la presencia de mi hermana-. ¿Qué haces aquí?

Chiara se levantó del sofá-. Tenemos que hablar de Constantine.

Arrojé mi chaqueta en algún lugar de la sala y eché mi cabello hacia atrás, de lo ultimo que quería hablar era de ella-. ¿Chiara, no tienes nada que hacer en tu casa? Estoy cansado joder. Hoy no es un buen día-comencé a dirigirme hacia la cocina.

-Todos son malos días para tí, ¿puedes dejar de huir de las situaciones malas en vez de enfrentarlas?-ella me conocía tan bien, mejor que nadie-. Constantine está siendo amenazada-

Me detuve en seco ante aquellas palabras, volteé lentamente hacia mi hermana quien permanecía quieta detrás de mi. Su rostro palideció un poco al notar mi reacción-. ¿Qué has dicho?

-Nicole la ha amenazado, le ha dicho que si no se aleja de ti, te matará-explicó rápidamente-. Lo que viste hoy...ella solo quería alejarte.

Mis ojos comenzaron a abrirse y mi corazón comenzó a latir sin control-. ¿Cómo sabes todo eso?

-Porque ella me lo ha dicho-Chiara presionó sus labios y bajó su mirada-. Y ella no puede hablar contigo porque Nicole está siguiendo los rastros de ambos. Creo que cometí un error...

-¿Qué hiciste?-Chiara permaneció en silencio y la ansiedad comenzó a ganarme-. ¡Contesta joder!

-Le dije que tenía que enfrentar a Nicole porque ella cree que no le hará daño-el rostro de mi hermana emanaba culpa.

En aquel momento, sentí miedo. Por primera vez sentí miedo de que algo le ocurriera a Constantine-. ¿Qué hiciste que?

-Lo siento Charles...creí que ella te podía salvar de todo esto-intentó acercarse hacia mi para calmarme, pero fue aún peor.

Fuertemente empujé su cuerpo alejándola-. ¡Eres una imbécil! No tienes idea de lo que es capaz Nicole, puta madre.

-¡Lo siento Charles de verdad lo siento, estaba desesperada! ¡Quiero que dejes de tener esa vida de mierda y creí que la única solución podía ser Constantine!

-Eres estúpida por pensar eso, ¿Por qué la involucraste en algo que ella no tiene nada que ver? ¡Todo lo que me está sucediendo son las consecuencias por haber hecho lo que hice. Nadie puede arreglar esto.

-Lo siento Charles-sus ojos se cristalizaron y supe muy bien que realmente estaba arrepentida.

Rápidamente tomé las llaves de mi auto y mi chaqueta dispuesto a irme para poder encontrar a Constantine-. ¡voy contigo!

-¡Tu te quedas aquí! Ya hiciste demasiado-sentencié antes de retirarme de mi departamento para ir a la zona oeste, en búsqueda de Constantine.

Con brusquedad me adentré en mi auto y sin pensarlo ni dudarlo conduje a toda velocidad hacia mi destino.
Mis dedos golpeaban el volante con ansiedad y sentía mi cuello un tanto húmedo a causa del sudor de nerviosismo que me atravesaba aquel día.

Tomé mi teléfono y marqué el número de Constantine esperando ser atendido, pero era en vano, no respondía ninguna de mis llamadas y todo indicaba que su teléfono estaba apagado.

-Joder donde te has metido...-murmuré para mi mismo mientras el velocímetro alcanzaba los 100.

En mi cabeza debo haber rezado más de 50 veces, rogando que Constantine no logre su cometido, o será muy tarde para revertirlo.

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Punto de vista de Charles 🫶🏼 espero que les haya encantado!

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A pesar de todo |CHARLES LECLERC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora