Capítulo 9

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Mile miró por la ventana de la biblioteca hacia el jardín. El aire fresco revolvió su cabello azabache. Podía ver a todo el palacio en función de la coronación. Solo faltaban tres días, en tres días sería oficialmente el rey. No debería estar tan preocupado como lo estaba. No podía evitar sentirse agobiado incluso antes de cargar con la corona.

Siempre se había preguntado por qué lo eligió su padre para heredar el trono y no a su hermano mayor. No había mujeres en la familia, ninguna enfermedad o reputación manchada, ¿por qué él?

—¿Te escondes de mí?—Apo habló en su oído y rodeó su cintura con ambos brazos—

—¿Cómo podría?—Mile habló en voz baja y sintió al menor apoyar la mejilla en su espalda—

—Ummm—Apo se restregó contra él como el gatito que era—te sientes tan cómodo y cálido—

Mile resopló, había desarrollado el hábito de la tolerancia con el felino. No era una persona de amar el tacto, lo veía innecesario, pero Apo era todo lo contrario, era todo sobre él, si quería abrazarlo lo haría o si quería besos los pediría o los tomaba a la fuerza. Apo era la persona más sincera y espontánea que había conocido.

—Ya veo, has desarrollado un serio síndrome con mi espalda—Mile se giró y bebió la vista frente a él—

Apo tenía el cabello recogido con algunos mechones rizados cayendo sobre sus ojos. Tenía una mirada somnolienta y perezosa, sus ojos verdes lo miraban con cariño, como si Mile fuera su lugar seguro. Tenía las mejillas sonrojadas y los carnosos labios estirados en una sonrisa. Simplemente hermoso.

—Eres tan grande—Apo deslizó sus manos por el fornido pecho desnudo del mayor—y fuerte—acarició su cuerpo con manos suaves hasta su espalda y acurrucarse en un abrazo—me siento bien contigo—

—¿Otro de tus momentos de sinceridad?—Mile le devolvió el abrazo con cuidado de no aplastarlo y apoyó la barbilla en su cabeza. Inmediatamente las pequeñas orejitas se movieron y el mayor sonrió—

—Me gusta decir lo que siento, no soy como cierta persona que es tan cerrada y difícil de leer que me confunde—el moreno sonrió contra la tibia piel—

—No voy a cambiar eso en dos días Po—Mile acarició una de sus orejas gatunas y este ronroneo—lo estoy intentando—

—Lo sé—Apo se alejó y lo miró a los ojos—estás progresando, al menos te sientes más relajado conmigo a parte de cuando tenemos sexo—directo como una bala—

—Bueno, tienes razón—Mile enredó un dedo en uno de los rizos rebeldes—el sexo contigo es fenomenal—sus ojos plateados se dirigieron a la marca en el cuello del menor—

—Ciertamente, no tenía muchas expectativas de si me gustaría coger con un hombre, nunca me llamó la atención a pesar de que mi especie es bastante... versátil y flexible. Pero debo decir, cada maldita vez es mejor—el menor relamió su labios y no se perdió la mirada que le dio Mile—incluso he escuchado historias realmente locas sobre nuestro antepasados—

Mile sintió curiosidad de repente.

—¿Locas, por qué?—

—Mi madre una vez me contó que los felinos masculinos también pueden procrear sin necesidad de tener una pareja hembra—

Mile frunció el ceño ante el repentino dato, nunca había escuchado tal cosa. Muy pocas especies tenían ese privilegio, y hasta donde sabía no había ningún registro médico que avalara esa hipótesis.

—Es decir, que hay una ínfima posibilidad de que puedas embarazarte como cualquier mujer u hombre omega como los de mi raza—el mayor estrechó los ojos poco convencido—

Catarsis//MileApo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora