Capítulo 13

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—¿Tienes un minuto?—Apo alzó la vista de los documentos que estaba leyendo y los puso sobre la mesita de noche—

—Por supuesto—

Mile había llegado hacía una hora de la empresa. Realmente no habían hablado mucho luego del enfrentamiento que tuvieron en el desayuno, Mile dejó un beso en su frente y se dirigió directamente al baño. Apo estuvo la mayor parte del tiempo en su habitación, todavía no tenía ánimos para asistir a reuniones ni eventos sociales, aunque tarde o temprano, tenía que hacer una aparición pública.

—Tenemos una conversación pendiente, ¿recuerdas?—Mile se sentó a su lado en la enorme cama y Apo asintió. Dios, el hombre olía divinamente—

—Necesito una explicación aquí Mile—Apo tomó su mano y la acarició—

—Yo...estaba molesto—dijo a regañadientes y Apo alzó una ceja—me enojó ver a otro hombre coqueteando contigo, descaradamente, en mi casa y frente a mí—

Apo sonrió suavemente y besó el centro de su mano.

—Oh Mile—lo abrazó por el cuello y dejó un beso en su hombro—nunca miraría a otra persona que no fueras tú, eres mi esposo, mi compañero y el hombre que amo—

Mile se congeló y apartó a Apo con cuidado. El menor lo miró curioso,  esperando a que dijera algo.

—¿Me amas?—Mile tenía nos ojos plateados perforando un agujero en el rostro del felino—

—¿Todavía tienes dudas?—Apo rio suavemente—por supuesto que te amo, te has convertido en mi pilar y mi mayor apoyo—

—Yo...no sé que decir—Mile lucía demasiado serio para la confesión tan grande que le hizo Apo—

—No importa, aunque no me lo digas sé que me amas también, solo te cuesta expresarlo—

El mayor no dijo nada más, estaban entrando en un terreno peligroso. En su lugar, tiró suavemente del cuello de Apo y lo besó. El castaño gimió encantado y en un segundo tuvo sus dedos rastrillando el cabello de Mile y su lengua siendo dominada. Mile lo besó profundo, hambriento y apasionado. Quería tragarlo entero, esconderlo del mundo y que fuera solo para él.

Apo se dejó manejar, sintiendo como sus ropas desaparecían y los labios de Mile estaban sobre él, listos para acariciarlo. Mile estaba gloriosamente desnudo entre sus piernas, con los músculos ondulantes tensos y una mirada excitada. Esa boca experta lo tenía hecho un desastre, sus pezones estaban duros y sensibles ante la succión implacable y juguetonas mordidas. Su polla estaba presionada entre ambos cuerpos y cuando el otro empujó sus caderas hacia delante y ambas se frotaron, gimieron de puro éxtasis.

Mile tomó nuevamente sus labios y estableció un cómodo vaiven con sus caderas. Amaba ver a Apo gemir, rogando por más. Le gustaba ver esos labios hinchados y brillantes, los ojos verdes nublados de placer y el cuerpo del otro temblando bajo su toque.

Apo empujó a Mile sobre su espalda y  se sentó a horcajadas en sus muslos. La mirada que le dio el lobo mientras acariciaba su trasero lo tenía goteando por todas partes. Maldición, él quería montarlo y ver cómo el mayor lo perdía totalmente.

El moreno buscó la boca de Mile y lamió su labio inferior, provocando como el descarado que era. Cada vez que Mile lo quería besar este sonreía y se alejaba, era un juego de gato y ratón, tanto travieso que la polla de Mile estaba prácticamente latiendo. El lobo tuvo suficiente, y con un gruñido lo besó de verdad. Apo devolvió el beso ansioso, bebiendo cuanto pudo del más alto.

—Estas juguetón hoy—Mile jadeó cuando Apo chupó uno de sus pezones y luego lamió entre sus pectorales hasta su abdomen—me quieres matar—

—Descuida—Apo alzó la vista antes de colocarse entre las piernas abiertas de Mile—te necesito vivo para lo que quiero hacerte—

Catarsis//MileApo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora