Apo presionó con fuerza su dedo pulgar sobre su labio superior cuando comenzó a ver negro cerca de las diez de la mañana. No había desayunado nada con las prisas de ir a los templos de la ciudad a hacer donaciones.
Su corazón se derritió cuando un pequeño lobo de tres años le regaló un girasol en la plaza. El niño era simplemente lindo, todo cachetes y ojos azules. Decía admirarlo, y que cuando creciera sería como él.
Apo se dejó abrazar por el bebé y dejó en sus pequeñas manos un montón de caramelos. El niño sonrió feliz y Apo se dio cuenta una vez más de que había hecho lo correcto, él le pertenecía a esta gente.
—Buda bendecirá su casa con muchos cachorros Su Majestad—dijo la madre del pequeño luego de besar la mano de Apo—
—Gracias, pero no estoy en cinta—Apo besó de regreso las cayosas manos y sonrió amablemente—
—La felicidad no avisa cuando hará acto de presencia—dijo la mujer y se despidió con su hijo en brazos—
Apo rio extrañado por esa frase. Felicidad, ni siquiera sabía que era eso. Vivía bajo el mismo techo que Mile, comían y trabajaban juntos pero ya no había nada más. Todavía dolía, pero no tanto como esa tarde en el despacho del mayor.
Apo aprendió que perdonar no era sencillo, pero nada bueno conseguiría si odiaba a ese hombre, ni a su familia. Después de todo, este era su mundo. Lleno de falsedad y cinismo.
Apo abrió los ojos volviendo en sí y cubrió su hermoso rostro con manos temblorosas.
—Por favor, tráeme una merienda ligera Rina—Apo pidió a su secretaria—
—Enseguida Su Majestad—
Apo suspiró agobiado, no había tenido un día de descanso. Las elecciones estaban ahí mismo, tenía un montón de papeleo que firmar y reuniones a las que asistir. Eso sin mencionar el baile de Navidad que se iba a celebrar en el reino.
El moreno revisó los mensajes sin leer en su celular. Respondió a sus padres y hermanos, los demás podían esperar a que llegara a casa. Una nueva notificación apareció en su bandeja de entrada, ahora no tenía tiempo para atender ese asunto.
—Su Majestad, su comida—Rina asomó la cabeza por la puerta antes de abrirla por completo y dejar una bandeja frente al otro—¿no se está sintiendo bien de nuevo?—
—No desayuné hoy, no hay ningún nuevo episodio. Descuida—Apo miró un bagel en la esquina y lo tomó—
—Perdón que me entrometa, pero...—
—Has sido de gran ayuda estos meses Rina—la pelirroja apretó los labios y asintió—te considero una de las pocas personas de confianza, te lo has ganado. Así que por favor, te pido que mantengas ese tema en total discreción—Apo la miró a los ojos—
—Solo me preocupo por usted—ella suspiró—de acuerdo, si necesita otra cosa no dude en llamarme—la mujer se giró y caminó hacia la puerta—
—Rina—ella lo miró por sobre su hombro—gracias—
—Estoy para servirle— sonrió y cerró la puerta con un suave click—
Apo merendó sus postres y su café mientras trabajaba. Se sentía mucho mejor, pues los medicamentos que estaba tomando eran tan fuertes que le provocaban desmayos y mareos. Su celular volvió a sonar pero esta vez con una llamada.
—¿Sí?—Apo contestó con un suspiro—
—Ha estado ignorando mis mensajes Su Majestad—la voz de una mujer sonó del otro lado—
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Catarsis//MileApo +18
Fiksi PenggemarMile PhakPhum, príncipe heredero del occidente de Lottus, jamás imaginó que su destino sería casarse con un príncipe cambia formas felino por el bien de su país. Su nación estaría en peligro si ambas familias no unían fuerzas, así que se ve obligado...