Capítulo 22

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Bien, Poomchai estaba comenzando a sentirse cabreado con Mile. En las últimas semanas su comportamiento con él era extraño, esa complicidad y comodidad que siempre existió entre ellos se había esfumado. Mile parecía cauteloso la mayor parte del tiempo, cuidando cada palabra como si lo fuera a herir. No es que su hermano alguna vez haya sido tan considerado con lo que decía, lo cual era más extraño aún.

Estaba cansado, le iba a preguntar qué mierda le pasaba. Quería pensar que era el estrés de tener cinco hijos pero eso no debía ser. Algo más estaba ocultando.

—¿Te vas a dignar a mirarme a la cara o seguirás actuando como un idiota?—Poomchai lo enfrentó un día en su despacho —

—No sé de qué estás hablando —Mile contestó lentamente y dejó de mirar su computadora —

—No te hagas el listo conmigo Phakphum—el mayor entrecerró los ojos idénticos a los de su padre—soy tu hermano mayor, prácticamente te he criado, te conozco mejor que nuestros padres—

Mile miró a su hermano con una expresión extraña. Diablos, debería haber sabido que este se daría cuenta de su tapadera. Era un tema que no le correspondía a él decirle. Sus padres eran quienes debían decir la verdad, pero por alguna razón, decidieron mantenerlo oculto después de tantos años.

—Mira, no tengo ningún problema contigo—Mile se puso de pie y lo encaró—estoy algo estresado por los niños, los eventos sociales por mi cumpleaños, eso es todo. Lo juro—Mile intentó lanzar su mejor mirada de convencimiento, pero Poomchai no se lo compró del todo—

—Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea. Te puedo ayudar con los niños, ya tengo uno, que por cierto, siempre pregunta por qué su tío ya no lo viene a visitar —Man tocó el hombro de Mile—hermano, ¿está todo bien?, ¿hice algo que te incomodó?—

Mile apretó la mandíbula y miró los ojos de su hermano. Era tan bueno que no se merecía...dios, ni siquiera sabía qué decir para hacerlo sentir mejor. Después de Apo, su hermano era la persona que más amaba. Siempre a su lado, cuidándolo, guiándolo como un padre, dándole el cariño que siempre le faltó.

Jamás lo trató mal ni lo envidió por ser el favorito. Todo lo contrario, siempre salía en su defensa cuando cometía algún error, el único que realmente se preocupó por él.

—Nunca—Mile tiró de su brazo y lo abrazó —lo siento si he estado distante, no era mi intención herirte —Poomchai suspiró devolviendo el abrazo —es solo estrés, nada de qué preocuparse. Quiero que sepas que pase lo que pase en el futuro, siempre serás mi hermano —

Poomchai frunció el ceño, Mile no era de los sentimentales. Hacía meses que no lo abrazaba o le decía algo mínimamente bonito. Pero lo iba a dejar ser, no lo presionaría.

—Lo sé —contestó en voz baja—

—Bueno—Mile se apartó y sonrió—dile a Max que el próximo fin de semana lo llevaré de paseo—

—Se pondrá feliz—Poomchai devolvió la sonrisa—extraña a su tío favorito —

—Bueno, que puedo decir, se me da muy bien consentir a los niños —

                                                                  ***

Barcode miró al hombre frente a él con una expresión neutral. Su tarea aquí era transmitir el mensaje hacia Apo y volver a Lottus, ni más ni menos.

Jefferson tenía una mirada pensativa mientras giraba un bolígrafo entre sus delgados dedos. Nada bueno debía estar pensando, y Barcode se preguntó: ¿qué podría tener de bueno este hombre?

—Apo puede estar tranquilo, nadie descubrirá sobre esto. El abogado recomendé es de mi entera confianza—Barcode asintió —sobre lo otro, está todo en esa carpeta —señaló con su barbilla al sobre que Barcode tenía agarrado —debo decir, me sorprendió un poco, jamás pensé que la inmaculada Nathanee tuviera este secreto sucio—se recostó en su silla y observó la reacción del menor —

—Bien, si eso es todo, me retiro—el pelinegro se puso de pie como si tuviera fuego en el culo. No quería estar demasiado tiempo a solas con él —

Apo era renuente, sabía de la fijación de Jefferson por Barcode, pero este era el único en quien podía confiar. No podía arriesgarse a inmiscuir a alguien más en sus planes.

—Espera—Jefferson se puso de pie y caminó hacia Barcode—¿no te vas a despedir?—se lamió los labios y Barcode no pudo evitar darse cuenta—creo que nos hemos vuelto cercanos estos meses—

—No crea nada, usted es solo un superior para mí—Barcode frunció el ceño cuando el mayor lo tomó por la cintura, su cuerpo se estrelló contra el suyo y un jadeo de sorpresa abandonó su cuerpo —¿qué está haciendo?, suéltame o...—

—¿O qué?—el más alto murmuró con una expresión sardónica—no estás en posición de amenazarme gatito—arrastró su nariz por el cuello de Barcode y besó la tersa piel—¿por qué te resistes tanto?—lo miró a los ojos y el menor tragó saliva ante lo atractivo que era el hombre, malditas hormonas—serían unos pocos revolcones, nada especial. Necesito sacarte de mi sistema—respiró profundamente y apretó sus ingles juntas—¿no lo sientes?—su polla palpitó, deseando—

Barcode tenía sentimientos encontrados en ese momento. Odiaba a este hombre, era repugnante, malvado, depravado, todos los calificativos negativos existentes. Ni siquiera le gustaban los hombres joder, pero... pero...

—¿Serás bueno y me dejaras follarte?—preguntó como si el otro fuera un niño pequeño—joder Barcode, lo tengo tan mal—

El peliblanco tomó los pequeños y esponjosos labios en un beso hambriento. Al fin joder, lo deseó tanto que estaba prácticamente temblando. Barcode gimió sorprendido y luchó por alejarlo, aunque fue en vano. La fuerza de Jefferson era excepcional.

Su lengua probó y probó la boca dulce del menor, tan suave, tan delicado, pero a la vez luchador. No se estaba dejando besar, esa pequeña mierda, Jefferson se puso más duro contra él y lo besó sin piedad. Sus manos agarraron su culo posesivamente y lo apretó más contra su erección, empujó sin delicadeza hacia delante, anhelando meterse en ese agujero tibio y apretado, follarlo hasta verlo llorar, ver su nivea piel llena de marcas.

Barcode sacó sus garras y arañó la piel con la secreta esperanza de herir, pero a pesar de que la sangre brotó del pecho de Jefferson, este siguió y siguió hasta que se cansó y mordió como un animal su labio inferior. Barcode gruñó y probó sangre de su labio, el muy salvaje lo había partido y tenía los suyos teñidos de carmín.

—Eres una cosita agresiva—el más alto acarició su espalda, el toque era tan engañoso que no parecía que le acaba de romper el labio—me gusta—

—No me va a tomar—dijo Barcode con un poco menos de convicción que al inicio—me repugna, además...no soy homosexual—

—¿Y qué?—Jefferson lo dejó ir y acomodó discretamente su erección—no tengo que gustarte para joder, el que seas heterosexual tampoco es un problema. Puede gustarte tener una polla metida en el culo y seguir amando joder con las mujeres. Eso no te hace gay—

—Nunca—Barcode alzó la barbilla obstinadamente con las mejillas sonrojadas por las palabras del otro—me voy—

—Code—el llamado fue tan suave que lo hizo detenerse antes de salir—te voy a enviar un chofer—

Barcode miró el rostro serio de Jefferson y decidió que sería mejor no discutir en lo absoluto.

Catarsis//MileApo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora