Capítulo 12

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Tres días habían transcurrido desde el envenenamiento de Apo y por fin este lucía mucho mejor. La fiebre había cedido y su deseo sexual se normalizó. Hoy en específico lucía radiante, vestido todo de blanco con una camisa suave desabotonada casi por completo dejando ver las marcas de propiedad que le hizo Mile en su pecho y cuello. Sus pantalones de vestir apropiados se amoldaban perfectamente a su cintura estrecha, acunaba su polla de una forma tan obscena que no se perdió la mirada nerviosa de sus empleados. Su espectacular trasero estaba apretado por la tela y cada vez que caminaba era todo un show.

Él mismo decidió preparar su desayuno y el de Mile, no es como si no supiera cocinar o algo por el estilo. Sus padres siempre los educaron para ser independientes y fuertes a pesar de tener personas que hicieran todo por ellos. Cuando las cocineras y el propio Barcode lo vieron entrar por la puerta soltaron un jadeo nervioso y desconcertado a la vez.

Para nadie era desconocido el estado de salud del rey consorte. ¿Cómo hacía ese hombre para verse tan bien después de días en cama?

—Su Majestad—todos se colocaron en fila y se inclinaron ante él—

—Buen día a todos—saludó el moreno—pueden continuar trabajando, yo prepararé mi desayuno y el de Mile—

Todos se miraron curiosos, nunca habían visto a un monarca queriendo hacer algo más que descansar y ... dirigir.

—Su Alteza—Barcode se apresuró y corrió al lado de Apo mientras este se arremangaba la camisa hasta los codos—

—¿Sí Code?—Apo comenzó a buscar fruta en los diferentes cuencos y cortó en pequeños trozos—

—Todavía no está recuperado, ¿qué hace aquí? No debería sobreesforzarse—

—Estoy perfectamente, no debes preocuparte—Apo continuó trabajando consciente de las miradas de los demás—¿Has descansado tú? No te has apartado de mi lado ni un solo día—Apo se giró para mirarlo a los ojos— te ves un poco cansado, puedes tomarte el día libre—

—Mi deber es servirle, no importa si estoy cansado—Barcode parecía una mariposa revoloteando alrededor del mayor mientras este se movía—

—Eres un ser vivo, por supuesto que tienes derecho a estar cansado, no eres un robot Barcode—Apo preparó algo de jugo de mango en vasos—ve a descansar, es una orden—dijo con cariño y el menor suspiró derrotado—

—Bien, al menos déjame llevar...—

—Barcode—todos en la cocina estaban escuchando—puedes descansar, lo tengo desde aquí—

El menor asintió y vio al más alto partir. En menos de un segundo todos lo estaban bombardeando a preguntas.

—¿El rey consorte siempre se comporta así?—dijo una joven de aparentemente dieciocho años—

—¿Así cómo?—Barcode la miró sin entender—

—La niña quiere decir que si es tan considerado—esta vez una mujer de mediana edad intervino—cuando llegó a este palacio me pareció un poco engreído—

—¿Verdad?—otro hombre se unió al chisme—tiene toda esa cosa de superioridad y belleza increíble, ¿vieron su elegancia al moverse? Es solo...—

—Lo sé—la más pequeña de todos soltó un suspiro soñador—es tan guapo, educado y cariñoso con P'Barcode—

—Eh...—el mencionado no sabía que decir—bueno, P'Apo nunca ve a sus sirvientes como menos, nos considera personas por igual. Siempre pueden hablar con él, estará más que feliz de saber que al menos ustedes lo admiran—

—Ya lo dije, el hombre de mis sueños—el lobo que estaba limpiando los platos del otro lado aportó el comentario—

—¿Les puedo preguntar algo?—Barcode se puso serio y observó la reacción de cada uno—

Catarsis//MileApo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora