¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO IV: Labores de la hermana del rey
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A Bianca no le hacía ni pizca de gracia el asunto de la prensa. Aun así, se puso una blusa formal de un bello tono amarillo, una falda negra ajustada y tacones.
Debía de ser algo muy importante si Bianca Beast se ponía tacones.
Sus padres la esperaban en la puerta de la sala donde se realizarían varias entrevistas para los medios de comunicación. Aquello haría que la noticia de que la princesa estaba de regreso en casa corriera por todo el reino a través de la radio, noticias con Blancanieves en televisión y primera plana en el periódico.
No, definitivamente, a Bianca no le había ni pizca de gracia.
Las puertas se abrieron de par en par y los flashes de las cámaras saltaron de inmediato. Bella y Bestia ordenaron que parasen, pero no le hicieron caso a la primera. En cuanto la pobre princesa se sentó, la agolparon con preguntas.
—¿Dónde ha estado durante estos tres años?
—En Maldonia.
—¿Está comprometida ahora con el príncipe Terence de Maldonia, heredero de Maldonia?
—No, Terence y yo solo somos buenos amigos.
—¿Saben los reyes de Corona que ha regresado?
—No, espero verlos pronto.
—¿Es cierto que el accidente de hace tres años fue provocado?
—Se acabaron la preguntas —ordenó Bella.
La reina emérita sacó a su hija de la sala mientras el rey Bestia alejaba las cámaras de su hija. Bella llevó a Bianca a otra sala de reuniones.
—Lamento todo eso, estaban obligados a no decir nada, pero...
—Mamá, en serio, está todo bien. No seas tonta. Venga, llegaremos tarde a la junta del Consejo Real.
