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CAPÍTULO XXXIX: Una gala que recordar
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Maratón 4/5 +Epílogo
El tiempo, oficialmente, se había agotado.
Todos volvían al Castillo de Áuradon o a sus residencias más cercanas para la Coronación que tendría lugar el próximo sábado 18 de marzo, en el cumpleaños 17 de Bianca.
Nadie estaba feliz, salvo Bestia, Camden, los Diamantes y los ingenuos al asunto real. Bella había intentado hablar con su marido un millón de veces, pero él la evitaba, ignoraba o infravaloraba. Eso la ponía furiosa, así que ella le devolvía las jugadas cada que podía.
Aquel día, Bianca había asistido con las chicas a la prueba final de su vestido. Definitivamente, era la obra maestra de Evie: un vestido dorado brillante con una falda de capas voluminosas y cola larga; corpiño con adornos de rosas y pocos detalles en rojo rubí. El vestido, zapatos y la corona de Bianca eran una preciosidad, definitivamente.
—Te quedan dos días antes de que te sentencien a cadena perpetua con Camden Appletown —narró Audrey—. ¿Cómo lo llevas?
—¿Cómo lo llevaste tú cuando Mal y Ben se comprometieron en tu cara? —inquirió con tranquilidad.
—Cerda —escupió Audrey con rencor.
—¿Has hablado con Harry? —preguntó Mal, cuidadosamente.
—No desde que llegamos.
—Eso fue hace tres días —murmuró Evie.
Bianca suspiró pesadamente.
—Me niego a que esto termine así —gruñó Uma, que se paseaba de un lado a otro con los brazos cruzados sobre el pecho—. Harry y tú merecéis ser felices...
—Uma —Bianca sonrió poniéndole una mano en el hombro—, te quiero, en serio. Gracias por todo... —borró su sonrisa—. Pero la única salvación que tenemos es huir y no podemos hacerlo así como así.
