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CAPÍTULO XXIV: Villanos entre héroes y princesas
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Apenas había pasado la primera semana de clases y Harry sentía que ya estaba hasta el cuello.
Los profesores habían llenado de actividades a los nuevos estudiantes para intentar ponerlos al día. Lo que peor sentaba a Harry era que eran actividades estúpidas, la mayoría presentaciones sobre uno mismo. No le hacía falta conocer al resto de chicos de la Isla. Y no le afectaba demasiado no conocer a los chicos de Áuradon.
Tenía suficiente con compartir habitación con Anthony. Se pasaba el día hablando, pretendiendo que él lo escuchara. Solía hablar sobre él mismo o sobre todas las chicas que (se suponía) corrían detrás de él.
Mentira no era que Anthony había causado cierta impresión. Feo no era, desde luego. Además, a las chicas de Áuradon les gustaba el rol del chico malo de Tremaine.
—Hola, Hook —Harry levantó la mirada para ver a Paul—. ¿Estresado? —señaló su libro de actividades.
—Me voy a pegar un tiro —se tapó la cara con las manos—. ¿Qué tal tu Tutor?
—Es peor que un padre ausente. Le pedí que me dijera dónde estaban los baños y me llevó al de las chicas. Suerte que solo estaba tu novia, se lo expliqué y le dijo a Camden cuatro cosas sobre su madre.
—¿Mi novia? Yo no tengo novia —frunció el ceño.
—¿Entre tú y la princesa no hay nada...?
—No —negó la tensión que los unía.
—Genial, más para mí.
—¡Ni te acerques! —bramó.
Paul rio.
—Entonces es cierto —habló con una sonrisita—. Ella te gusta.
