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CAPÍTULO XXXI: Mi Piratilla azul
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Al fin había llegado aquel día: 30 de octubre. Bianca había estado planeando ese día durante casi un mes. No es que Bianca fuera una loca fanática de Halloween y hubiera organizado algo, no.
El 30 de octubre era el cumpleaños de Harry y estaba emocionada por pasarlo con él. Había pedido ayuda a sus amigos para distraerlo y organizar todo para aquella noche.
Harry había pasado el día algo decepcionado de que Bianca no tuviera tiempo para él. Lo que él hijo de Garfio no sabía era que ella había estado planeando todo el día y toda la noche.
Harry recibió un mensaje.
Rose🥀
Baja al garaje. Ponte guapo :)
Harry hizo un intento por descifrar el mensaje de su novia. ¿Qué era "ponerse guapo" para una princesa que corría carreras ilegales en su tiempo libre?
Como fuera, Harry escogió una sencilla camiseta roja oscura, su chaqueta de cuero negra, unos vaqueros y unos tenis. Se miró al espejo cuatro veces antes de salir para intentar arreglarse el pelo. Cuando consideró que no se podía hacer nada más, bajó rápidamente hacia el garaje, donde la esperaba su novia.
Bianca estaba preciosa. Se notaba lo mucho que se había esforzado para arreglarse, y Harry lo apreció mucho. Llevaba un vestido azul ajustado, su cabello estaba suelto y moldeado, ¡incluso había usado pintalabios rojo! A Harry se le hacía la boca agua.
—Felices 19, Piratilla —Bianca sonrió.
—Desde luego son muy felices —la miró de arriba a abajo—. A veces no sé qué tan Santo debo haber sido en mi otra vida para merecerte en esta.
Bianca sonrió con las mejillas iluminadas de carmín.
Harry se le acercó lentamente. Tomó a la chica de la cintura y se inclinó hacia su rostro. Harry acarició los labios de la chica seductoramente hasta que Bianca lo besó sin compasión harta de que la tentara.
