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CAPÍTULO XXX: Una relación poco aceptable
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Mal se había sentido muy orgullosa de su padre cuando él le contó todo lo que había pasado los últimos meses. De la misma manera, Hades se sintió muy aliviado cuando se sinceró con su hija.
Habían pasado algunas semanas. Bianca y los Rubíes habían vuelto a Áuradon Prep. Hades llamaba todos los días desde el Olimpo, y Bianca se sintió satisfecha cuando le envió una foto de Apolo con su nuevo corte de pelo.
Y por fin, Bianca y Harry. Seguían escondiéndose de la gente para evitar los rumores, pero ambos habían aceptado y escuchado del otro que se amaban. Muchísimo.
—¿Cuánto te vas a quedar allí? —insistió Harry.
—El fin de semana —contestó Bianca—. ¿Podrás sobrevivir sin mí?
—La verdad es que no me apetece comprobarlo —contestó el pirata con su habitual sonrisa ladina.
Harry se levantó de la cama de Bianca con un brinco y se acercó a ella, que sacaba ropa de su armario. Harry se inclinó y la besó lenta y dulcemente, a pesar de que sentía sus labios arder junto a los de su princesa.
—Llámame aunque sea, ¿está bien? —pidió Harry.
—Lo prometo —contestó ella.
Harry ayudó a Bianca a guardar el resto de su ropa. La acompañó al edificio principal y esperaron sentados en los escalones hasta ver la limusina real de palacio.
—Cuídate —dijo Harry.
—Quédate tranquilo —sonrió ella—. Y... hablaré con Ben.
—¿Y si no está de acuerdo? —Harry unió las cejas.
—Que le den —respondió Bianca, tirándole un beso mientras subía a la limusina y cerraban las puertas tras ella.
