Kenny, un chico guapo y rubio, se encuentra enamorado de un joven paranoico y neurótico. Sin embargo, este último solo tiene ojos para su mejor amigo. Determinado, Kenny hará todo lo posible para conquistar su corazón.
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Tweek observó a su amigo aún enojado, sintiendo cómo aumentaba la tensión. En un ataque de frustración, Craig se levantó abruptamente de la mesa y exclamó:
—¡No me quedaré aquí con tu puto amigo drogadicto!—Mientras tanto, Butters, intentó calmarlo, sugiriendo que debe haber sido un malentendido.
—Vamos, Kenny no es así.—Rozó sus manos, jugando con sus dedos, ansioso.
Tweek, con las manos temblorosas y la voz llena de ansiedad, se volvió hacia Craig con ojos suplicantes.
—Craig, esperemos a Kenny. No creo que sea una mala persona.—dijo con palabras apresuradas y erráticas.
—-Vamos, no hay que ser muy inteligente para darse cuenta. Son las 10 de la mañana, se droga a primera hora de la mañana, joder.—Dijo cruzando sus brazos y manteniendo su semblante sereno.
Butters, tratando de disipar la tensión, intervino suavemente.
—Chicos, Démosle a Kenny la oportunidad de explicarse.—La paranoia de Tweek aumentó mientras miraba nerviosamente alrededor de la cafetería, su mente aceleraba con escenarios preocupantes.—Démosle el beneficio de la duda.—
—No lo sé. ¿Y si no es un malentendido? ¿Y si realmente está en problemas?—
Craig, insensible a las preocupaciones de Tweek, se mantuvo firme.
—No siempre podemos salvar a todos. A veces es mejor distanciarnos de los problemas potenciales. Lo acabamos de conocer, ni siquiera es nuestro amigo. No entiendo por qué te preocupas por alguien como él.—
Butters, con la voz llena de compasión, suplicó, trataba de calmar los ánimos y encontrar una solución pacífica.
—Chicos, tal vez debamos darle un poco de tiempo a Kenny para explicar lo sucedido. No podemos asumir lo peor sin saber la verdad.—
—Es mejor que nos vayamos.—Insistió Craig.
—¡Pero Craig, no entiendes! ¡Debemos asegurarnos de que esté bien!—
Tweek estaba visiblemente alterado, con su cabello revuelto y sus ojos nerviosos que se movían de un lado a otro. Sus manos temblaban ligeramente mientras gesticulaba con vehemencia, tratando de convencer a Craig de la importancia de quedarse en la cafetería.
Sus ojos se movían de un lado a otro, reflejando su nerviosismo desbordante. Movía las manos frenéticamente mientras hablaba, tratando de transmitir la urgencia que sentía.
Observaba a Tweek con una mirada imperturbable, aunque se podía notar una pizca de resignación en su gesto. Era evidente que estaba acostumbrado a lidiar con las preocupaciones exageradas de su amigo y trataba de mantener la calma en medio de la situación.
—Está bien. Esperaremos un poco más, pero si Kenny no aparece pronto, nos iremos.—
La atmósfera en la cafetería estaba llena de inquietud, con la preocupación y el temor del rubio palpables en el aire. Los minutos parecían eternos mientras todos esperaban ansiosamente la aparición de Kenny y buscaban respuestas claras sobre la sangre y la cocaína. A medida que el tiempo avanzaba, la incertidumbre crecía y la paciencia se agotaba, generando un ambiente tenso y expectante en la cafetería.
